El Directorio de la petrolera bajo control estatal autorizó, sin unanimidad, la venta de unos 55 campos maduros. La situación implica prácticamente el retiro de la compañía de provincias como Mendoza y Santa Cruz. Adicionalmente sobrevuela la sospecha de la entrega de nuevos negocios al Grupo Aconcagua en el que participa Ignacio Tillard, hijo del Presidente del Banco Nación y que viene de protagonizar un escándalo en las últimas jornadas.
YPF anunció recientemente una serie de medidas destinadas a la racionalización y optimización de su portafolio de campos maduros convencionales. Se trató, en la práctica, de un ajuste aprobado por el Directorio de la compañía sin unanimidad.
En ese marco se definió la cesión de unos 55 campos maduros de los que la empresa pretende retirarse. Las áreas, que para facilitar su venta fueron agrupadas en más de 15 clusters, están ubicadas en varias provincias como Santa Cruz, Chubut, Neuquén y Mendoza, entre otras.
Los directores respaldaron mayoritariamente la decisión. El resultado final fue 10 a favor y solo uno en contra. El voto disonante fue el de Gerardo Canseco. La sorpresa fue que avalaron la medida aquellos directores que representan a los gobernadores de las provincias petroleras, que en algunos casos habían sido críticos de la iniciativa de achique.
En una carta dirigida a sus accionistas e inversores, YPF detalló los fundamentos de esta decisión. «Con el objetivo de realizar una asignación eficiente del capital que priorice activos de escala que aporten mayor rentabilidad y resiliencia ante distintos escenarios, el Directorio en su reunión del 29 de febrero aprobó la optimización (mediante cesión o reversión) de ciertos grupos de activos de Upstream Convencional», explicó Pedro Kearney, Responsable de Relaciones con el Mercado de YPF.
Según el Directorio, esta optimización del portafolio no solo refleja un enfoque estratégico para maximizar el valor para la compañía y sus accionistas, sino que también se alinea con las mejores prácticas de la industria petrolera, que sugieren que la producción en campos maduros no es ni eficiente ni rentable para compañías de la escala de YPF. «Las buenas prácticas de la industria petrolera establecen que, para las compañías de escala como YPF, no resulta eficiente ni rentable producir petróleo en este tipo de yacimientos», afirmó la empresa.
No todos coinciden con esa lectura macro. Según importantes fuentes del sector, la determinación tiene impacto concreto en la territorialidad de la empresa. «Hay áreas que es un absurdo entregarlas. Con esta decisión YPF casi dejaría de tener presencia en Mendoza y en Santa Cruz, por ejemplo», le explicaron a InfoGremiales.
En lo que tiene que ver con el empleo, la compañía buscó brindar certezas: Además de la reestructuración de su portafolio, YPF se comprometió a colaborar activamente con el desarrollo local, asegurando la continuidad de los puestos de trabajo durante el proceso de transición.
Lo que es más oscuro es en manos de quien van a terminar los activos de los que ahora se desprende la petrolera. Ahí, varios actores de la actividad fijaron su mirada en un Grupo económico que quedó en el centro de la escena en las últimas jornadas: el Grupo Aconcagua. Es que podría ser destinatario de buena parte de los negocios, específicamente los de Mendoza.
Justamente en estos días Aconcagua fue noticia porque el presidente del Banco Nación, Daniel Tillard, ordenó la compra de una obligación negociable por 400 millones de pesos que colocó esa empresa de la que forma parte su hijo, Ignacio. De hecho el Nación compró títulos Clase IX de la petrolera Aconcagua Energía, que según Clarín busca comprar estos activos de YPF.