(Por Luis Autalán @luisautalan / Fotografía Ariel Gaspardi) Desde el Gabinete de la Ciudad de Buenos Aires habló de justicia social, un dogma peronista, y en simultáneo de generar los debates imprescindibles en el mundo del trabajo. Participó días atrás del encuentro de la OIT y destaca una buena relación con el ministro Claudio Moroni, con los sindicatos en su área y niega un destrato a los gremios docentes porteños. Ezequiel Jarvis, subsecretario de Trabajo, Industria y Comercio en la CABA surfeó entre las olas de las grietas, incluso de la misma oposición, y ante la eventualidad de que Horacio Rodríguez Larreta llegue a Presidente, considerando que no está a favor de una reforma laboral a mansalva.
Las redes sociales, en la era del desarrollo tecnológico, suelen abreviar perfiles y también ofrecer algún dato interesante para la descripción. Ezequiel Jarvis (@jarvisezequiel en Twitter) nacido en 1984 es el subsecretario de Trabajo, Industria y Comercio, del Ministerio de Desarrollo Económico en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En la red del pajarito azul acota también que es licenciado en Ciencias Políticas, padre e hincha de River Plate. El fútbol, al fin y al cabo, todavía sigue siendo el motor para el inicio de algunas charlas y ese DNI ligado al club de sus amores lo infiere con paladar fino para uno de los deportes más lindos del mundo. «Tengo un muy bien pie para mirar, a la hora de jugar al fútbol soy un 5 más rústico», confiesa sonriendo para acotar que «Marcelo Gallardo, Enzo Francescoli y el ‘Burrito’ Ariel Ortega son los que marcaron mi generación y mi vida en el fútbol». Lo dice sonriendo y se comprende a la luz de todo lo que significa el presente y pasado reciente de la mano de Gallardo en esa entidad.
En cuanto a su familia resume que tiene a sus padres «de 67 años, y que viven en Florencio Varela, tengo 2 hermanos, uno más grande Martín de 40, y mi hermana Marcela más chica de 36. Estoy justo en el medio con 38, y tengo a mi mujer y dos hijos, María Pía mi mujer y a Clara de 6 y Felipe de 4”. Distendido entonces y en su amplia oficina del edificio ubicado en la calle Bartolomé Mitre, la primera charla con un funcionario bajo el signo de Juntos por el Cambio, en este ciclo de entrevistas de InfoGremiales, ronda de café mediante, se inicia desde su esposa y el ámbito familiar.
«El trabajo tiene que ser el principal eje ordenador de la vida de las personas, para después volver a discutir la generación de puestos de trabajo y que ese trabajo sea de calidad y decente»
Ezequiel Jarvis
-¿Su compañera lo banca en lo que es su actividad?
-Sí claro, caso contrario, no se puede.
-¿A qué se dedica ella?
-Es chef, organizadora de eventos, pero por sobre todas las cosas es una gran compañera de mi actividad. Entiende mucho para que yo pueda dedicarme el tiempo que me dedico, entiende de que se trata esta actividad. Entiende que tiene que ver con pasión y una vocación pública, que insume mucho tiempo. Lo cual es un buen mensaje también para mis hijos y para los hijos que vendrán en algún momento, entender que hay una elección de vida y también de aportar un granito de arena para una mejor sociedad. Y eso me parece que es lo más saludable para explicar a veces algunos momentos donde no puedo estar en casa.
-¿Tocó la banquina del «padre ausente» alguna vez?
-No, al contrario, y en eso trato de ser bastante equilibrado y de entender que hay momentos que no puedo no dejar de estar. Me parece que los padres del siglo XXI tenemos que entender que quizás estamos menos pero tenemos que escuchar más. Me parece que es un gran elemento a prestar atención con el boom de la tecnología, de las redes sociales, de la penetración de los artefactos electrónicos en la vida de la gente, de las personas. Para los que tenemos hijos el mejor regalo que les podemos dar a ellos, más allá de la educación, de los valores y más, es que se sientan escuchados, porque hay una sociedad que está dialogando en voz baja a partir de la tecnología, a partir de lo que generó la pandemia. Los chicos han tenido muchos problemas a partir de la distancia con sus amigos y maestros, hay una oportunidad de los padres de poner el oído ahí y que los chicos sientan una compañía grande. Desde ese lugar soy un padre muy presente, en acompañarlos e identificar momentos donde tiene que estar la familia en el centro.
-¿Y desde «ser padre» escribe en algunos medios sobre el trabajo infantil?
-Por supuesto. Hay una matriz que tiene que ver con la preocupación primero de uno como padre, del futuro de sus hijos y eso es importante. Caso contrario lo hablás desde un lugar abstracto o de mayor distancia. Por suerte, tengo la bendición de ser padre y también de tener esa óptica de qué país le vamos a dejar a ellos y cómo hacemos para que sea un país donde se construya el futuro, un buen presente y una buena mirada pero con ellos adentro, con ellos siendo los protagonistas. Por eso es la preocupación de todavía no haber podido erradicar el trabajo infantil en el mundo. Vengo de la OIT, la Conferencia Internacional que por suerte volvió a tener un componente presencial, fue híbrida en esta oportunidad, porque hubo un componente virtual, y me parece bien sino era mucha la gente que siempre participaba y un componente presencial. El trabajo infantil sigue siendo la preocupación de muchísimos países, gobiernos, representantes de trabajadores y empresarios, por la fuerte presencia del trabajo infantil en sus países, y una segunda preocupación: la inflación que es transversal en todo el mundo, ya sea por la pandemia, por la guerra de Ucrania, pero hay una preocupación por la fuerte emisión, por el aumento del costo de vida, después podemos discutir los niveles, pero hay una preocupación transversal en todo el mundo.
-Nombró ejes claves, el trabajo infantil como síntoma de pobreza e inflación. Ahora, ¿Cuando la OIT, gobiernos, gremios, empresarios lo declaman horrorizados, no pasa algo similar a cuando vamos al cine, vemos una película que nos consterna y después nos olvidamos? Porque la inflación es pobreza y el empresario Federico Braun dijo sonriendo que en «La Anónima» se remarcan precios todos los días…
-Hay que mirarlo y tomarlo con un poquito más de perspectiva y entender una dinámica que está pasando con el empleo en el mundo y de la cual la Argentina no es ajena, y que tiene que ver con el trabajo infantil, tiene que ver con la inflación y con un montón de situaciones que aquejan a nuestra sociedad y a otras partes del mundo, pero donde tenemos una oportunidad, quienes nos dedicamos a las políticas públicas, y es entender que hay un doble proceso que se está generando en materia de empleo. Hay un primer proceso, un mundo que está discutiendo, y acá me alejo del mundo para centralizarme en la Argentina, hay un mundo que está discutiendo la calidad del trabajo, pero la OIT hoy está hablando de la segunda generación de políticas de empleo. ¿Qué significa esto? Que la primera generación fue crear puestos de trabajo, y la segunda generación es: ¡Ojo! qué tipo de puestos de trabajo, qué calidad, trabajo decente, con todos los atributos que la OIT determina para un trabajo de calidad. Entonces, la Argentina está partiendo hoy desde un lugar más atrás, qué está discutiendo, primero el rol del trabajo, Argentina tiene que volver a tener el rol del trabajo como principal eje ordenador de la vida de las personas, para después volver a discutir la generación de puestos de trabajo y que ese trabajo sea de calidad y decente. Cuando hoy hablamos de trabajo infantil, hablamos de inflación y también de una gran fuente de informalidad que tiene la Argentina, entonces tenemos que asumir que ante cualquier política pública que quiera direccionarse hacia un segmento, hay una mitad que queda afuera de todo. Cuando hablamos de la segunda generación de políticas públicas me parece que tenemos que fortalecer la primera, generar trabajo. Estamos en un proceso, creo que hay que generar reglas un poquito más claras para la inversión, pero más allá de eso generar un combate muchísimo más fuerte a la informalidad. A partir de ahí nace la justicia social. La justicia social es una buena base de derechos garantizados para todos.
-Pero los «clubes grandes», los empresarios, los Braun y otros, nunca pierden. Ni siquiera en pandemia y mientras tanto en simultáneo el Gobierno Nacional plantea como un gran logro que elevó el piso de Ganancias para los trabajadores registrados, un debate que tenía potencia hace 7 años en 2015, no hoy. No asomará escenario posible así, y sobre todo sin que los «equipos grandes» también pierdan, empaten y aporten, el país no saldrá adelante.
-Para mí, parto de atrás de tu anunciado, creo que es un momento en que todos tenemos que poner algo en la Argentina, todos. Nuestro país necesita hoy un gran acuerdo de los trabajadores, los empresarios, y cuando digo los trabajadores hablo de los dirigentes, la clase política de quienes representan. Hoy la Argentina necesita de un gran acuerdo entre todos, tripartito, donde nos sentemos a discutir hacia dónde vamos como país, qué país queremos, por eso te hablé de la informalidad, del trabajo infantil. Tenemos que hablar del desempleo y generar oportunidades para que los que hoy están afuera del mercado laboral ingresen, tenemos que hablar para que los planes sociales, de a poco, gradualmente, tengan un objetivo que sea la inserción laboral. Entonces, por eso digo que todos tenemos que poner algo, y es poner el acento en un mismo objetivo, el trabajo como principal foco de ordenamiento de la vida de la gente. Si tenés esa claridad, y sobre todo la política tiene que tener esa claridad, de que el trabajo esté en el centro. Entonces vas a poder generar oportunidades de desarrollo, producción e inversión. Vas a poder resolverle la empleabilidad al papá de ese chico que está trabajando, porque cuando uno habla de trabajo infantil tiene que mirar de dónde surge. Ahí comprobás que muchas veces surge de un papá desempleado o una mamá desempleada, hay que empezar a mirar la situación de empleabilidad de quienes forman parte de la población económicamente activa para resolver los problemas de fondo, sino terminamos poniendo el foco y el acento en el problema coyuntural, sin mirar el fondo y la historia de cada uno de los problemas.
«Tenemos que hablar del desempleo y generar oportunidades para que los que hoy están afuera del mercado laboral ingresen, tenemos que hablar para que los planes sociales, de a poco, gradualmente, tengan un objetivo que sea la inserción laboral»
-En la teoría suena perfecto, si repasamos, la historia argentina desafina.
-Es que cuando vos recién decís hay que poner el acento en todos tienen que poner algo, tienen que ver en qué objetivo, hay que definir el horizonte, con un horizonte claro de una Argentina que produzca, que genere trabajo de calidad, que genere oportunidades educativas y de trabajo. Vos empezás a resolver otros problemas aleatorios y con una macro estabilizada también, porque la inflación se resuelve también estabilizando la macro. Me parece que el principal objetivo es el denominador común qué es qué país queremos para nosotros, y para mí, ese país tiene que tener dos claves que es el trabajo a través de la educación, y una fuerte capacidad argentina, que la tiene desde su historia de producción, de bienes, de servicios y de generar oportunidades. Porque tenemos la bendición de ser un país que tiene una gran instituto de resolución de conflictos y de discusión de condiciones que es la negociación colectiva, la Argentina tiene una historia muy rica en resolver los conflictos de manera tripartita, entonces ya tenemos una gran ventaja, tenemos una historia donde hay una mesa donde se sientan todos. Lo que pasa es que hay que fortalecer esas partes, hay que fortalecer a los trabajadores, hay que fortalecer a la política como garante de un objetivo en común y también los empresarios tienen que crecer y crecer significa que crezcan en ganancias y en trabajadores y que crezca el poder adquisitivo de cada uno de esos trabajadores.
-Me está hablando casi de peronismo.
-Bueno, es justicia social de lo que te estoy hablando, ¿o no?
-Durante las sesiones de la OIT en Suiza estuvo allí con el ministro Claudio Moroni. ¿Alcanzó a ponerse en sus zapatos o a pensar los días que le tocan vivir a él?
-Yo trabajo muy bien con el Ministerio de Trabajo de la Nación, tuve la oportunidad de charlar bastante con él. Hay una realidad que es que esa cartera laboral tiene políticas de empleo saludables para el mercado de trabajo. Por supuesto que es un lugar de muchísima responsabilidad y en este momento de una inflación tan alta están negociando paritarias y actualizando las escalas salariales de los diferentes convenios colectivos en forma permanente. Me pongo en sus zapatos, entiendo y comprendo la altísima presión que debe tener. Creo que la gestión del Ministerio ha sido saludable en la pandemia, han tenido resortes importantes de contención, lo que hay es un gran desafío todavía que tiene que ver con cómo generamos empleo, y quizás no es sólo la responsabilidad del Ministerio de Trabajo, porque hay que estabilizar la macro, hay que tener una política productiva agresiva para muchos sectores y por ahí viene el desafío.
-¿Comparte la dinámica de aplicar un «shock paritario», sin sumas fijas ni bonos, o sea el camino que eligió el Gobierno, el «albertismo» para ser más precisos, ante la inflación?
-En el fondo sí, de fondo tiendo a compartirlo, creo que también hay que pensar en cómo seguimos produciendo condiciones laborales, cómo volvemos a poner la negociación colectiva en un lugar donde no solamente se discuta salario sino que se discutan condiciones laborales, una modernización laboral. Hay una forma de ver el trabajo vinculado a cómo vamos hacia adelante, lamentablemente a lo que hoy está obligado el Gobierno, es solo discutir a partir de las paritarias.
-Usted forma parte de la administración de Horacio Rodríguez Larreta, mirando a 2023 un presidenciable. Al mismo tiempo desde su fuerza, un amplio sector de Juntos por el Cambio dice: «reforma laboral inmediata», entre otras medidas espasmódicas. De llegar usted al Ministerio de Trabajo, lo ubico en esa situación, ¿Cuál sería su tónica?
-No, no puedo ponerme en esa situación, ni siquiera en forma hipotética a cargo de ese ministerio, no corresponde. Permitime que te haga esta aclaración. Si me parece que Horacio forma parte de una coalición, él quiere ser Presidente, está preparado para ser Presidente y entiende la estrategia y hacia dónde tiene que ir la Argentina. Tengo la suerte de acompañarlo desde esta cartera y por supuesto que por mi tema pienso muchísimo en lo que le podría servir a la Argentina más allá del cargo y demás.
-Vale, reformulo la pregunta entonces, sin jugar con cargos eventuales. ¿Qué lectura personal y conceptual tiene usted de la reforma laboral?
-Creo que Argentina necesita modernizar su dinámica laboral, necesita una discusión y que eso no significa llevarse por delante los derechos de ningún trabajador, y esa es la visión que tiene Horacio Rodríguez Larreta y que tenemos nosotros desde el equipo, no queremos quitar derechos, sí creemos que tenemos que generar un escenario de mayor previsibilidad para el que quiera generar trabajo, de mayor certidumbre, queremos romper con esa barrera a la contratación. La barrera a la contratación es el miedo a las multas, a la alta tasa de litigiosidad que tiene la Argentina, no solo estamos poniendo el acento en cómo bajamos esa barrera, ese miedo, y cómo generamos escenarios de mayor previsibilidad y mejor discusión de los convenios colectivos, pero no vemos un escenario donde queremos llevarnos por delante los derechos. Quizás eso es muy tentador para otras fuerzas, ponernos en el lugar de que vamos a hacer una reforma laboral agresiva, y no es lo que estamos pensando, estamos trabajando en cómo podemos modernizar la dinámica laboral Argentina con todos adentro, los sindicatos, empresarios y por supuesto con el Estado, pero no desde un lugar de quitar derechos o de flexibilizar cosas, sino desde un lugar de modernizar, de mirar qué está pasando con el trabajo en el siglo 21, de cómo avanzamos a las políticas de empleo de la segunda generación que comentaba recién.
«Argentina necesita modernizar su dinámica laboral y eso no significa llevarse por delante los derechos de ningún trabajador. Esa es la visión de Horacio Rodríguez Larreta»
-¿Y si hablamos del Estado, con el monotributismo laboral, por ejemplo, que existe en las estructuras de Nación, provincias y en la Ciudad de Buenos Aires?
-Te lo doy vuelta, creemos que tiene que haber mayor formalidad en la Argentina. Y formalidad significa que crezca el trabajo privado, queremos que el trabajador, el sector privado crezca en Argentina. Tiene que crecer el trabajo privado que es el principal motor de crecimiento de una nación, de una región, de una comunidad. Apuntamos a eso, cuando crece el trabajo privado crece el trabajo en relación de dependencia, crece lo vinculado a la Ley de Contrato de Trabajo, esa es nuestra visión.
-A esa mesa de negociación hay que ponerle varias maderitas en las patas para emparejarla. Los trabajadores se sientan a una mesa inclinada en contra, se sientan a «perder por poco».
-La Negociación Colectiva y el Diálogo Tripartito tiene que ser de igual a igual, tiene que haber equilibrio entre las partes.
-Y con la asistencia técnica del VAR para analizar todas las jugadas.
-Bueno, a River Plate el VAR lo ha complicado más de una vez, así que no sé, el VAR discutámoslo. (risas) Se trata de lograr y tener equilibrio y esa tiene que ser la razón de ser de la negociación colectiva. Por supuesto que cuando te hablo de que hay que modernizar la negociación colectiva y la dinámica laboral tiene que ver también con discutir convenios colectivos. La mirada sectorial de un mercado de trabajo es una gran deuda que se está teniendo en materia laboral, que tiene que ser uno de los focos principales de la negociación que venga, qué está pasando en cada sector, cómo se están discutiendo las condiciones de trabajo, el salario, quiénes son los actores representativos, quiénes son los que tienen representatividad, y los que no tienen representación. Hay mucho para trabajar.
-Tiene buena relación con la UOCRA, Carga y Descarga y otras organizaciones sindicales. ¿Les traslada a esos dirigentes gremiales esta visión que me está comentando?
-Trabajo con todos los gremios, hoy por supuesto con todos los que tienen dinámica productiva y laboral en la Ciudad. Y tengo excelente relación con todos, primero que nada porque acá en la Ciudad tenemos un ámbito donde combatimos el trabajo no registrado, el trabajo infantil, generamos políticas de empleo y tenemos una mesa para dirimir tanto los conflictos colectivos como los individuales. Ahora además estamos trabajando mucho con la capacitación de delegados sindicales, en ese marco de acción es donde podemos conversar, construir confianza, algo que no es menor en este contexto, y podemos generar acciones donde del otro lado me escuchen y donde yo pueda escuchar también la necesidad de cada uno de los sectores.
-¿Quién banca la capacitación, la Ciudad o los sindicatos?
-La Ciudad. La Ciudad banca la capacitación y lo que hace es invitar a los diferentes gremios a que manden sus delegados, a quienes quieren fortalecer, a los que ven que tienen potencial para seguir creciendo en la organización, para que puedan seguir formándose a partir de una capacitación que tiene que ver con lo que se está discutiendo hoy en el mundo del trabajo. Es poder darle una herramienta a la hora que tiene que salir después a defender los derechos de sus representados en cada una de las unidades productivas.
-Ahora, el Gobierno de la Ciudad también destrata a los sindicatos de docentes.
-No, la Ciudad tiene su mesa de discusión de condiciones laborales, tiene su mesa paritaria, tiene su propia lógica. Al contrario, la Ciudad tiene un ámbito de discusión específico en política educativa, discutiendo con los gremios, se les da una mesa sectorial muy importante que es la que funciona hoy a través del Ministerio de Educación.
-¿El día que en la Argentina se imponga el Impuesto al Ego, para todas las categorías, pagamos la deuda externa?
-Creo que probablemente paguemos varias deudas externas. (risas)
«Trabajamos con la capacitación de delegados sindicales, en ese marco de acción es donde podemos conversar, construir confianza, algo que no es menor en este contexto, y generar acciones donde del otro lado me escuchen y yo pueda escuchar también las necesidades de cada uno de los sectores»
-¿Pasamos a ser una nación prestadora de fondos?
-Creo que hay un desafío también, lo mencionamos cuando hablamos al principio de poner todos una parte. Qué bien nos haría como sociedad empezar a pensar en cómo le hacemos bien al otro. Ahora sí te hablo de lo individual, si cada uno piensa en cómo le hacemos la mochila un poco más liviana al otro. Porque el ser humano viene con problemas todos los días, nos levantamos a diario con problemas que ya traemos con nosotros mismos. ¡Qué lindo sería tener un prójimo, un compañero, un aliado de vida que te la haga un poquito más liviana!
-Hoy no está pasando, y además con otra certeza: de la pandemia no salimos mejores.
-No, la pandemia nos dejó grandes enseñanzas, hubo un momento de mucho trabajo colectivo al principio sobre todo y después, como dice tu pregunta, termina ganando el ego. Hubo un trabajo en conjunto al principio, entre el Gobierno Nacional, de Provincia y Ciudad muy articulado. Ahora también tenemos una oportunidad, no solo porque el año que viene hay elecciones, tenemos la oportunidad de seguir construyendo, desde el lugar que nos toca a cada uno, y lograr una comunidad mejor, un país mejor, una sociedad mejor y es ése el principal desafío.
-Otra pregunta que le hacemos a todos nuestros entrevistados y entrevistadas, ¿A Cristina Fernández se la destrata en primer lugar por su condición de mujer?
-No veo que se la maltrate, al contrario, se le da un lugar trascendental muchas veces. Creo que tiene que ver con una propia dinámica de construcción de su figura como dirigente. Ella asume que su crecimiento o posicionamiento político parte también de cierto destrato o necesita cierta confrontación, cierta crítica, me parece que pasa más por ahí, por su propia forma de posicionarse desde un lugar de dirigente política donde asume que su preponderancia parte de amores y de odios.
-¿Su momento más triste, el que más bronca le dio, desde que es funcionario?
-El momento más duro fue la pandemia, no sé si como funcionario sino de todo lo que me tocó ver. La pandemia fue dura porque nos pasaron cosas a los argentinos, pasaron muchas situaciones donde dejamos de ver a nuestras familias, nos alejamos de los amigos, muchas veces de los afectos y eso generó un bache, una herida en las relaciones sociales. A mí me tocó como funcionario, por supuesto, salir a trabajar todos los días, pero veía que los argentinos no podían despedirse de sus padres, veían a familiares que hasta hace poco habían compartido un momento entrar a una terapia intensiva y no saber si salían. Fue un momento de muchísimo dolor para todos y de un gran denominador común, todos perdimos a alguien en la pandemia, un amigo, un familiar, un ser querido, eso fue lo más angustiante.
-¿Tiene un cable a tierra preferido?
-A mí me gusta mucho agarrar el mate y salir en la ruta, cuando pueda, un fin de semana, agarrar el auto y manejar en silencio, bueno a veces escuchando alguna radio AM. (risas)