El líder de APOPS, Leonardo Fabré, había lanzado una protesta en la ANSES contra la gestión de Fernanda Raverta. El paro no se sintió y, ante el ridículo, informó que lo levantaba la medida por «la escasa capacidad de lucha de las bases».
Leonardo Fabré, el peculiar secretario General de la Asociación del Personal de los Organismos de Previsión Social (APOPS), el gremio de la ANSES, comunicó el levantamiento de la huelga que el gremio había decretado en el organismo.
El verborrágico dirigente había definido una protesta contra la gestión de Fernanda Raverta, con quien mantiene un sostenido enfrentamiento, pero no lo acató nadie. Y ante la evidencia, la suspendió.
Con un comunicado de prensa, el gremio informó que «levanta el paro» ante el «agotamiento de la medida».
«La escasa capacidad de lucha de las bases previsionales es un claro indicador de la resignación ante el embate de esta administración», argumentó Fabré.
Pero advirtió que «La conducción Nacional de APOPS y la mayoría de sus delegados está fuerte y de pie».
La crisis de representatividad de APOPS, y de Fabré, no es nueva y se profundizó en el último tiempo. A caballo de la radicalización opositora del gremialista, un seguidor de Guillermo Moreno, la distancia entre sus posicionamientos contra el Gobierno Nacional y la percepción de sus representados parece cada vez más amplia.
De hecho hace apenas unos meses presentó su renuncia a la Comisión Directiva el secretario de Prensa del sindicato Andrés Alvarez. Las diferencias que motivaron la salida fueron estrictamente ideológicas.
Alvarez era uno de los principales voceros del sindicato, incluso hasta lo representaba en entrevistas en diferentes medios de comunicación.