En el Senado se discutió el proyecto de ley de promoción del trabajo registrado y prevención del fraude laboral que impulsa el Poder Ejecutivo y que cuenta con el apoyo del oficialismo y de varios sectores de la oposición.
Para sorpresa general, uno de los ausentes del debate fue Guillermo Pereyra, senador del Movimiento Popular Neuquino y jefe del sindicato de petroleros de esa provincia y Río Negro.
En términos de la política nacional, Pereyra se ubica cerca del diputado Sergio Massa, aunque también coquetea con el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri y hasta con el gobernador Daniel Scioli. Sin embargo, su única lealtad es al jefe de la CGT opositora Hugo Moyano, a quien incluso llevó al acto de jura en el Senado.
Paradójicamente, el faltazo de Pereyra mantiene cierta coherencia con la actitud de indiferencia que sostiene la CGT opositora hacia el gran número de trabajadores no registrados de la Argentina, que alcanza casi un tercio del total de empleados.
Tampoco hubo un pronunciamiento concreto de la CGT apoyando el proyecto o con propuestas de modificaciones, por lo que la posición de Pereyra representa una clara muestra de la falta de interés sobre el tema.