«Una norma del Congreso evitaría la discusión periódica entre los funcionarios de Comercio y las cámaras empresarias. Esa ley también debería diferenciar la rentabilidad de los laboratorios más grandes de los pequeños y medianos», sostuvo el el dirigente.
La organización sindical señaló que «en lugar de discutir cinco o seis veces al año debería hallarse un índice, fórmula o ecuación a través de una ley que contemple los guarismos de inflación del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el costo de vida y otras variables que propongan los expertos».
Para el sindicalista, esa metodología permitiría incrementar de forma regular el precio de los medicamentos de manera previsible.
«Hay que discutir un proyecto de ley de fijación y actualización de los precios de los medicamentos mediante un mecanismo legal que supere la rutina de cinco o seis discusiones anuales, procurando un punto intermedio para garantizar la rentabilidad y el acceso a los remedios por parte de la población», subrayó Peretta.
También puntualizó que desde hace un lustro «se habla del precio del medicamento y se observan distorsiones o disconformidad de los pacientes, productores y el Estado», recalcó el gremialista.
El dirigente afirmó que ese sistema abandonaría «las discusiones entre funcionarios y cámaras del sector y las rispideces o interpretaciones que originan para convertirse en un mecanismo con formato legal que nadie podría cuestionar en la sociedad».
El precio de los medicamentos «no debe quedar de forma unilateral en manos del productor porque es un bien social, y tampoco sujeto al criterio particular del Estado», señaló el dirigente.
Si el precio es fijado solo por el productor «se incrementaría de forma distorsionada y la gente perdería el acceso», indicó.
Peretta propuso diferenciar también a los laboratorios pequeños y medianos nucleados en COOPERALA y CAPGEN de los grandes de CILFA y CAEME, ya que estos «tienen márgenes de rentabilidad diferentes».
Los laboratorios de COOPERALA y CAPGEN tienen marcados y tasas de rentabilidad distintas a los poderosos, más moderadas y precios más accesibles, aunque cumpliendo normas de calidad de la ANMAT.
«Es preciso tener en cuenta que a los que más les apremia el aumento de precios es a los medianos y pequeños, que tienen más dificultades económicas. Es como comparar Carrefour con un almacén de barrio», comparó el sindicalista en un comunicado de prensa.
También insistió que para determinar el precio de los remedios «la primera vez» habría que evaluar el costo de producción, la inversión en investigación y su inserción en el mercado, de acuerdo con la cantidad de pacientes a los que está dirigido el producto y sus estimaciones de comercialización.
Peretta propuso del mismo modo diferenciar entre los medicamentos bajo patente de precios más elevados de aquellos cuya patente expiró y, en todo caso, no justifican el incremento periódico.
«Lo importante es hallar el mecanismo apropiado para que la actualización de los precios lleve tranquilidad a la población, en particular a los jubilados, que son quienes más consumen», afirmó.