La Policía de Neuquén desalojó ayer por la tarde a los trabajadores tercerizados del hospital Castro Rendon que realizaban una protesta en la lavandería por diversos reclamos sobre sus condiciones laborales.
Producto de la violencia policial, personal oficial del nosocomio local indicó que se registraron cinco heridos por balas de goma, consecuencia de disparos a corta distancia.Por la magnitud de las lesiones en un primer momento desde ATE se informó que se trataban de heridas de balas de plomo, pero luego se rectificó la información.
Uno de ellos todavía permanece internado, a quien le realizarán más estudios por lesiones que presenta en una de sus piernas.
Tras los incidentes, desde la CTA neuquina convocaron a una movilización provincial para la jornada de hoy, que concentrará desde las 10 horas.
Alrededor de las 15 horas de ayer, personal policial fue apostándose en el lugar y en pocos minutos comenzaron a desalojar con gases lacrimógenos y balas de goma,
El centro de la ciudad se convirtió en pocos minutos en un campo de batalla. Los manifestantes fueron replegados, frente a la guardia del hospital, donde resistieron arrojando piedras.
Hace una semana que los trabajadores tercerizados que prestan servicios de limpieza, maestranza y seguridad en los hospitales llevan adelante un paro en reclamo de la revisión de los pliegos de licitación.
“Estábamos manifestándonos frente a uno de los lavaderos que están en conflicto, fueron a desalojarlos con la policía y raíz de esto se dio una situación de represión. Vamos a seguir resistiendo. Intentamos que haya una mediación, pero no hubo posibilidades”, señaló el secretario general de ATE, Carlos Quintriqueo a Diario Río Negro. Aseguró que esperan la intervención de algún funcionario político para destrabar el conflicto.
Además, el sindicalista había denunciado la presencia de heridos con balas de plomo, aunque esa información no fue confirmada por el personal médico local.
La orden de desalojo la dispuso esta tarde el fiscal jefe Pablo Vignaroli, quien aseguró que fue a pedido del abogado de la Subsecretaría de Salud, quien argumentó que si no se podía cambiar la ropa de blanco corrían riesgo los pacientes internados. Indicó que hubo un intento de diálogo, pero resultó infructuoso.