Las negociaciones se volvieron a frustrar. La Bancaria busca un acuerdo que contemple lo perdido en 2020 y los primeros meses de 2021. Palazzo declaró el estado de alerta y acusó a las firmas de querer «imponer una rebaja salarial».
Luego de una serie de reuniones, clave para determinar el avance de la paritaria de la actividad, La Bancaria se declaró hoy en estado de alerta y movilización.
Los conducidos por Sergio Palazzo acusaron a las empresas que buscar «imponer una rebaja salarial» para los salarios más bajos de la pirámide de ingresos. Y patearon el tablero.
Además, acusaron a las bancas extranjeras de condicionar a la banca pública e intentar imponer sus condiciones.
El sindicato que lidera Palazzo viene de un 2020 en el que los salarios perdieron la carrera con los precios por 2 puntos porcentuales. Esa es la primera reivindicación que pusieron sobre la mesa.
En julio pasado, acordó un incremento del 26% en cuatro tramos y a fines de noviembre adicionó una suba del 8%, obteniendo un ajuste acumulado del 34%. De ese modo, aunque los bancarios estuvieron entre los sectores con mayores aumentos, quedaron dos puntos por detrás de la inflación.
Además esperan un entendimiento bimestral o trimestral que les permita afrontar el primer tramo del 2021 y sentarse a negociar en marzo, cuando el panorama esté algo más claro.
Las previsiones es que en los primeros meses del año la inflación ronde entre el 3 y el 4 por ciento. Eso es lo que desde el gremio reclaman y que hasta el momento no consiguieron.