La fábrica de calzado Gaelle, ubicada en Mario Bravo 1965 en la localidad de Avellaneda, cerró sus puertas en las últimas semanas y dejó en la calle a los últimos 60 operarios que habían sobrevivido de la marea de cesantías.
En 2015 la empresa tenía unos 350 trabajadores que se encargaban de manufacturar lo que ahora su dueño, José López, tiene pensado importar, en sintonía con la política promovido por el Gobierno Nacional.
«José López se transformó de empresario en importador, dejando en la calle alrededor de 350 trabajadores en menos de dos años”, le dijo Claudia, trabajadora de Gaelle, al portal Anred.
Luego de un conflicto por salarios adeudados, el 23 de agosto los trabajadores se encontraron con una nota en la puerta de la empresa: “sin actividades”, decía. Ese fue el modo en el que se les notificaba que se quedaban sin sustento.
“Cerraron las puertas sin ningún aviso solo una notita pegada. Hasta pertenencias nuestras están adentro que no nos dejaron sacar”, contó Claudia.