El motivo de las suspensiones radica en la recesión que atraviesa Brasil, destino de buena parte de la producción de la planta de Chevrolet en la provincia de Santa Fe.
“Por el momento siguen las negociaciones”, dijeron a Télam desde General Motors, en coincidencia con la seccional local de Smata.
Las suspensiones entrarían en vigencia el lunes próximo –si las partes arriban a un acuerdo- y abarcaría a unos 350 de los 2.300 empleados de la planta santafesina. Según fuentes sindicales, la discusión pasa por el porcentaje de los haberes que percibirán los trabajadores durante los meses de suspensión.
“Empezamos con 400 suspensiones, ahora llegamos a 350 y estamos viendo si podemos recuperar algunos compañeros más”, dijo el titular de Smata Rosario, Marcelo Barros.
“Van a ser suspendidos por nueve meses a ver si se reactiva el tema automotriz”, agregó el dirigente gremial.
Barros señaló que la industria automotriz está “pasando un momento muy difícil por la recesión de Brasil y al no tener productos para producir” en Argentina.
En esa línea, explicó que GM decidió el año pasado dejar de producir los modelos Agile y Classic, ambos fabricados en la planta santafesina de la automotriz.
“La exportación (de automóviles) cayó mucho, el mercado interno ha levantado la venta, pero la venta que levantó es de autos que vienen de afuera, no los que se fabrican en la Argentina”, explicó el secretario general de Smata.
La empresa y el gremio continuaban hoy la negociación sobre la suspensión de los empleados de la planta de Alvear, ubicada a 25 kilómetros al sur de Rosario.