El ajuste en la entidad fue anticipado por el diario «La Nación» que también consignó diferencias que surgieron entre la jefatura de Gabinete y los ministerios de Comunicaciones y Modernización (a cuya órbita pasará el Correo) por el furibundo plan de achique.
El proyecto contemplaría recortar unos 4.000 empleos y cerrar unas 800 sucursales. La reducción estaría enfocada, sobre todo, en las ciudades de menos de 10.000 habitantes.
De acuerdo al matutino, el Correo estima pérdidas por $ 2000 millones para este año y desde la Jefatura de Gabinete sostienen que no existe margen para postergar los recortes.
El Correo paga cada mes, entre otros beneficios sociales, 126.205 jubilaciones y pensiones, 271.154 Asignaciones Universales por Hijo, 300.019 asignaciones familiares, 85.981 planes Progresar y 1072 seguros de desempleo. Estos servicios le exigen tener una infraestructura prácticamente en cada pueblo del país.
Tanto Oscar Aguad, ministro de Comunicaciones hasta el viernes, como Andrés Ibarra, titular de Modernización, no estarían de acuerdo con los recortes que habría planteado el secretario de Coordinación Interministerial, Mario Quintana, que depende de la jefatura de Gabinete. Sus preocupaciones giran en torno al impacto que podría tener el ajuste a pocas semanas de las elecciones primarias, sumado a las complicaciones de modificar el canal de pago de jubilaciones y planes sociales.
El Correo Argentino se ocupará además de la logística del inminente proceso electoral, que contempla los preparativos de los 14.500 establecimientos de votación y el traslado de las 98.700 urnas.
Uno de los principales cuestionamientos a la gestión del Correo se centraría en los aumentos salariales acordados en mayo: 12% retroactivo a abril, más un 6% en agosto y 5% en enero próximo. Además de una suma fija de $ 8.000 en tres cuotas. Un tercio del déficit proyectado para este año, señala el matutino de acuerdo a cifras oficiales, sería producto de los incrementos convalidados.