El Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), en su segundo Informe de la Economía Popular, consideró que en la nueva política de gestión del comercio exterior la apertura económica, con fuerte aumento de las importaciones, llega a los alimentos y sus efectos impactan a los pequeños productores que son quienes los producen.
En el período analizado, enero a mayo de 2017 y su evolución contra el acumulado del mismo período para el año 2015 y 2016, se registran nuevos productos importados como manteca, batata, zanahorias y naranjas.
Mientras que en el mismo sentido se verifican grandes incrementos en la importación de cerdo, cebollas y quesos.
«A pesar de la importación de estos productos y, consecuentemente, el aumento de la oferta no se registra una caída de los precios de los alimentos», añadió CESO.
Consideró que «la importación de estos productos afecta de manera directa a los productores locales que se ven desplazados por esta nueva competencia, y al conjunto de la población ya que se trata de utilizar divisas para importar alimentos que se producen en nuestro país».
«A modo ilustrativo con los 95 millones de dólares que utilizamos, más que en el 2015 (sólo hasta el período enero- mayo), se podrían haber comprado aproximadamente 75 coches de ferrocarril 0km», indicaron los autores del análisis.
Al analizar la posición final de las importaciones en el comercio internacional observaron que desde el año 2016, las importaciones en rubros de alimentos crecieron respecto al 2015.
«De 282 millones de dólares utilizados para importar en el año 2015 pasamos a utilizar 377 millones de dólares, es decir un incremento acumulado del 34%», dijeron.
Manifestaron que las importaciones crecieron en promedio un 23% en el período 2016-2017, con una preponderancia de leches y productos lácteos, en un incremento del 175%.
Respecto al rubro de alimentos de origen vegetal, aparte de o la batata, zanahoria y las naranjas «tenemos que se incrementó en más de 629 veces la cantidad importada de cebolla en 2017 respecto a 2015».
«La actividad hortícola en comparación con el sector agropecuario en su totalidad, demanda 30 veces más mano de obra, 20 veces más uso de insumos y 15 veces más inversión en maquinaria y equipos por unidad de superficie», evaluaron.
En un segundo plano destacaron que la producción de hortalizas y legumbres, sin elaborar, absorben más del 36% de la mano de obra del sector de producción primaria (incluye entre otros a los pescados y mariscos, frutas, hortalizas, miel, tabaco, cereales y oleaginosas) «y esto sin contar el número de trabajadores en el resto de la cadena de valor».