El secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, el diputado Hugo Yasky, dirigentes gremiales e integrante de agrupaciones sociales inauguraron hoy un mural y una placa en homenaje a Rodolfo Walsh, periodista, escritor y miembro de la organización Montoneros, abatido el 25 de marzo de 1977 tras sostener un desigual enfrentamiento con un grupo de tareas de la ESMA.
La actividad, realizada en la Estación ‘Rodolfo Walsh’ de la Línea E de subte, ubicada en avenida Entre Ríos y San Juan -donde el periodista resultó muerto- estuvo organizada por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) y la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP).
El mural y la placa estaban listas para ser inauguradas cuando ayer, en el Día Nacional por la Memoria, por la Verdad y la Justicia, un grupo autodenominado como «Jóvenes Republicanos» lo vandalizó.
Las agresores se filmaron mientras colocaban junto al nombre de Walsh pintadas y panfletos que contenían la palabra «asesino».
El homenaje se realizó en el marco del Día del Trabajador y Trabajadora de Prensa, en conmemoración a la sanción del Estatuto del Periodista que es la Ley marco que regula la actividad en el país, sancionada por el ex presidente Juan Domingo Perón.
En el acto, la nieta de Rodolfo Walsh, Fiorella Metetieri, afirmó que «es importante agradecer que haya personas que mantienen viva y honran la memoria de las personas que lucharon por un país más justo, que denunciaron las violaciones a los derechos humanos».
En tanto, Pietragalla Corti, luego de reafirmar que desde la Secretaría de Derechos Humanos estaban «muy contentos» de ser parte del homenaje, y consideró que la lucha de los 30 mil desaparecidos «no fue gratis» porque «pusieron a disposición del otro la propia vida, que es el patrimonio más grande que tiene un ser humano».
En esa línea, Pietragalla Corti subrayó que las víctimas del terrorismo de Estado «no eran suicidas», sino que «apostaban a la familia; tenían chicos y les gustaba amar, reír y bailar».
«Sin embargo, priorizaron el compromiso de la lucha política y la resistencia al modelo económico que instaló» la última dictadura cívico militar.
También, el diputado por el Frente de Todos (FdT) y secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), Hugo Yasky, aseguró a Télam que era «un orgullo» participar de este homenaje a Walsh «organizado por trabajadores».
«Después de un acto multitudinario como el que tuvimos ayer (por el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia) en el cual convergieron jóvenes, familias y militancia de los organismos de derechos humanos, es un orgullo participar de este homenaje de los trabajadores de prensa y el subterráneo.
La vandalización que se llevó a cabo ayer fue repudiada por todos los oradores que participaron de este homenaje al autor de obras de investigación como «Operación Masacre» y «¿Quién mató a Rosendo?».
«Es un hecho condenable por la cobardía y por reivindicar a un genocidio. Lamentablemente hay un discurso del odio instalado desde la oficina del poder mediático. Reivindicar a Walsh es reivindicar al periodismo con compromiso social y como un ejercicio de libertad e independencia», dijo Yasky a Télam tras el acto.
También participaron del homenaje el secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) Capital, Daniel Catalano y el secretario general de SiPreBa, Agustín Lecchi, entre otros.
«Para SiPreBa, homenajear a Rodolfo Walsh es muy importante. Vimos ayer cómo un grupo de negacionistas vandalizaron la estación y hoy la respuesta fue contundente. Decenas de trabajadores y trabajadoras de un montón de organizaciones sociales y políticas descubrimos este mural que reivindica la figura integral de Rodolfo, como intelectual, escritor, periodista. Pero también como militante revolucionario y como trabajador de prensa que se organizaba», señaló Lecchi a Télam.
El 25 de marzo de 1977, cuando intentaba difundir su «Carta Abierta a la Junta Militar», un texto que había escrito con motivo del primer aniversario del golpe de Estado que llevó a Jorge Rafael Videla al gobierno, Walsh cayó en un enfrentamiento con un grupo de tareas de la ESMA.
El cuerpo del periodista y escritor fue trasladado al centro clandestino de detención que La Armada operaba en la Ciudad de Buenos Aires, y según testimonios brindados por sobrevivientes, sus restos ardieron en una pira montada a orillas del Río de La Plata.