«Después de haber dicho que (Héctor) Daer es un traidor y un carnero por no acompañar la marcha, Carlos Acuña tiene que dar un paso al costado». disparó ayer Juan Miguel «Cacho» García, secretario General de la Federación de Trabajadores de Estaciones de Servicio sobre Carlos Acuña, triunviro de la CGT y secreatario General del Sindicato de Obreros y Empleados de Estaciones de Servicios, Garages, Playas de Estacionamiento y Lavaderos, el SOESGyPE.
«Tiene que dar un paso al costado y dejar al triunviro el que insulta a un compañero», agregó un García enfurecido.
Lo curioso del asunto es que «Cacho» no ingresó a la unidad de la CGT y se mantuvo al margen de la vida de Azopardo todavía hoy. De hecho se sostiene como uno de los referentes de segunda línea de las 62 organizaciones Peronistas que lideró hasta su fallecimiento Gerónimo «Momo» Venega.
La batalla de los estacioneros no es nueva. Las acusaciones cruzadas entre García y Acuña son de vieja data, con distintos episodios políticos, sindicales y hasta en los establecimientos, y tienen una raíz muy clara: la competencia por hegemonizar la representación en la actividad
Por su parte Acuña, que a principios de mes defendía la marcha del #21F para después bajarse por orden de Luis Barrionuevo, no contestó y se encuentra inmerso en el mar de desarticulación en el que naufraga la central obrera por estos días.