Aquella visita de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal a Cresta Roja en el amanecer de las gestiones de Cambiemos en Nación y en la Provincia de Buenos Aires parecen haber quedado muy lejos. Es que lejos de convertirse en un caso exitoso del símbolo de los tiempos macristas, la avícola vivió en crisis permanente.
La reactivación nunca se terminó de concretar, hubo cientos de operarios que nunca fueron reincorporados y aquellos que volvieron al trabajo sufrieron constantes incumplimientos en sus salarios y en sus condiciones laborales.
De hecho, ya hace más una semana que que las plantas de Esteban Echeverría y Ezeiza están de paro y ls empleados volvieron a encarar un proceso de asambleas para discutir medidas por el dinero adeudado por la patronal de Proteinsa.
Entre las alternativas que barajan los trabajadores no descartan cortar el ingreso al Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
Pero para sumar elementos preocupantes a la situación, ayer ambas plantas amanecieron con los portones cerrados y militarizadas con efectivos de la Policía Bonaerense.
Santiago Fontana, miembro del cuerpo de delegados de planta 2, explicó a Página 12: “nos siguen extorsionando, exigiendo que primero trabajemos y después nos pagan, cuando todo lo adeudado es por días que ya trabajamos. En las reuniones la patronal ofreció un cronograma de pagos que recién se terminaba en febrero y no fue aceptada por los trabajadores”.