La iniciativa del empresario textil Teddy Karagozian que llamó «Mochila argentina» propuso cambiar el régimen indemnizatorio por un seguro de desempleo. El rechazo gremial fue masivo y se sumó el abogado laboralista Héctor Recalde, quien expresó, entre otras cosas, que la propuesta es inconstitucional y que según los datos históricos, la flexibilización laboral siempre empeoró los niveles de empleo, como ocurrió en Argentina en los noventa.
A principios de junio, el empresario textil Teddy Karagozian publicó una nota en El Cronista en la que esbozó una propuesta tomada del modelo de indemnizaciones austríaco en la que aseguró que «puede permitir la generación de empleo» a través de un sistema de seguro.
El rechazo del mundo laboral fue masivo pero él insistió por el mismo medio señalando que «los Recalde de este mundo ahora están pidiendo semanas de cuatro días de trabajo y que sea imposible despedir.» Según su postura, los abogados laboralistas que defienden legalmente a trabajadores «no son conscientes, porque no son empleadores: los Recalde ganan del conflicto, no de la producción«, aseguró.
En la vereda opuesta, Héctor Pedro Recalde respondió con una nota que publicó Página/12. «En el caso que ahora respondo, el empresario textil, incurriendo en un abierto argumento ad hominem (contra mi persona) pretende sostener un proyecto de reforma laboral flexibilizadora atacándome como símbolo –¿cosas de la edad?– de la profesión que miles ejercemos.»
«Tan burdas son estas falacias que nadie nunca osó atreverse a sostener, por ejemplo, que Favaloro se enriquecía con las afecciones cardíacas y que por tanto promovía veladamente la obesidad o el tabaquismo causante de las mismas», ironizó.
Y reconoció: «lo primero que me nace es advertir que cuando lean que quienes defienden los derechos de los trabajadores y de los pequeños empresarios son grandes empresarios, mínimo, sospechen, pero evitaré la tentación de hacerlo. Me resulta más saludable recomendar que cuando lean que el proyecto “Mochila argentina” no es bueno, analicen los argumentos de uno y de otro lado, los datos de la realidad y extraigan sus propias conclusiones.»
«El proyecto “Mochila argentina” es inconstitucional –no sería válido sin una reforma constitucional de por medio–, degrada los derechos de la clase trabajadora y la evidencia empírica demuestra que conspira en contra de los fines que el mismo proyecto dice perseguir.«, argumentó Recalde.
«Este sistema es inconstitucional porque no protege al/la trabajador/a contra el despido arbitrario, garantía consagrada en el art. 14 bis de la Constitución Nacional.», siguió.
«Me explico, la indemnización por despido –este seguro no lo es– tiene una doble finalidad, por un lado reparar los daños que ocasiona el despido incausado y por el otro lado castigar o desalentar la conducta disvaliosa que constituye el despido arbitrario. En este esquema no existe ninguna protección contra el despido arbitrario y ello atenta gravemente contra la democracia en las relaciones laborales.», detalló.
«No es muy difícil imaginar cómo empeorará la desigualdad negocial para un/a empleado/ a si al empleador no le costara nada despedir. Sería imposible hacer valer un derecho si la alternativa es un despido sin costo alguno.», explicó desde su experiencia como abogado laboralista.
Otro punto sobre el que Recalde hecha luz es sobre la posición en la que queda aquel empleador que financie despidos arbitrarios sin realizarlos: «Por un lado, pretende establecer un sistema injusto hacia aquellos empleadores que no despiden arbitrariamente porque terminan financiando las “indemnizaciones” de los empleadores que abusen de esta nueva oportunidad de despedir sin costos. Por otro lado, también luce injusto que el empleado despedido sin una justa causa y el empleado despedido con justa causa tengan idénticos derechos lo que el proyecto ofrece como una virtud pero es otro defecto.»
«Categóricamente afirmamos que estas leyes flexibilizadoras no son generadoras de empleo del mismo modo en que los mayores derechos a favor de los trabajadores no retraen las contrataciones.»
Recalde también usó datos del pasado reciente argentino que también desmienten a Teddy: «Con solo observar que en la década del noventa en un marco de aguda flexibilización el desempleo se duplicó y que a partir del año 2003 en un contexto de indemnizaciones por despido agravadas el desempleo fue disminuyendo sensiblemente hasta tasas consideradas como de pleno empleo podemos echar por tierra los trillados cantos de sirenas.», lo fulminó.
«El empresario que tiene mercado para sus productos y servicios contrata, el que no lo tiene no lo hace. Así, el empleo se genera mucho antes desde el Ministerio de Economía que desde el Ministerio de Trabajo o la legislación laboral. Las leyes laborales en cambio son vitales para la democratización de las relaciones de trabajo y eventualmente para distribuir más equitativamente el empleo existente, de allí mi propuesta, que sostengo y ratifico de reducir la jornada laboral semanal y no flexibilizarla.»
«En fin, “Mochila argentina” alka-alka- al karajo (zian!)», concluyó, parafraseando a Hugo Chávez en la Cumbre de los Pueblos que sintetizó la derrota diplomática del Tratado de Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), impulsado por los Estados Unidos.