Según ese trabajo de la consultora muy cercana a las políticas económicas del Gobierno, aunque los últimos datos oficiales sobre empleo asalariado privado registrado (junio 2018) «no muestran pérdidas importantes, es previsible que si la recesión se prolonga, la destrucción de empleos se acelere».
IDESA puntualizó que «las condiciones fiscales y monetarias (donde entre el déficit fiscal y los bonos de muy corto plazo del Banco Central prácticamente igualan la cantidad total de dinero en poder del público), dejan poco espacio de maniobras para relajar al ahogo financiero de las empresas».
«De aquí que urge pensar en herramientas innovadoras que morigeren los impactos sociales de la crisis y preparen las condiciones para una rápida recuperación», añadió la consultora, una de las férreas militantes de la reforma laboral para solucionar un problema que evidentemente creó el propio Gobierno con un modelo volcado a la especulación financiera-
Y advirtió que el Congreso «ha demostrado ser incapaz de avanzar en modernizar las regulaciones laborales. Frente a las urgencias que imponen la crisis apremia buscar soluciones más simples e innovadoras».