Silva reseñó que el sindicato protagonizó «una lucha muy fuerte por ese reclamo en los ’90» y sostuvo que «el personal jerárquico, por decisión política y de las propias empresas en aquella época, tenía prohibido pertenecer a un gremio y, de hecho, se lo consideraba fuera de convenio y era despedido si se afiliaba».
También explicó que con el advenimiento de la crisis de 2001 y, ante las reducciones salariales y los despidos masivos, «los trabajadores se reafiliaron y perdieron el miedo a partir de una situación terminal, lo que generó un crecimiento de la APDFA».
«En ese proceso, se afiliaron empleados de lo que fue América Latina Logística (ALL), una compañía brasileña que administraba los transportes de carga de las líneas Urquiza y San Martín. Desde entonces sobrevino una gran lucha para detener los despidos primero, recuperar los salarios después y, luego, para obtener de forma gradual beneficios», puntualizó el dirigente.
También afirmó que hace más de diez años que ese personal está afiliado y «se negociaron haberes y condiciones laborales, se recuperaron beneficios, pero aún no se pudo firmar con esas empresas un convenio colectivo», enfatizó Silva.
El dirigente gremial expresó que a partir de la decisión del Estado de administrar el Belgrano Cargas y Logística se negocia y se procura encuadrar a los trabajadores en un convenio colectivo, aunque aún «no hubo resultados positivos», lo que provocó conflictos, que fueron postergándose y suspendiándose y, ahora, el reciente Congreso del gremio, luego de una década, decidió aplicar un paro, levantado por ahora por la conciliación obligatoria.
«El tema no se relaciona con cuestiones políticas ni partidarias. El gremio respalda la gestión y la política ferroviaria implementada por el gobierno y también el cambio de posición asumido en la actividad portuaria, que fue positivo. Pero no es posible obviar un reclamo sindical. La función del dirigente es representar los intereses de los trabajadores», afirmó Silva.
El gremialista tucumano añadió que existe «un reclamo legítimo y justo y, todavía, ese personal continúa encuadrado bajo una figura ilegal de ‘fuera de convenio'», a la vez que indicó que a excepción de cumplir tareas en un cargo directivo de muy alto nivel, «el trabajador tiene derecho de estar encuadrado».
El sindicalista aseveró que «no es posible continuar manteniendo a esos trabajadores en esa situación» y adelantó que de no haber soluciones luego de expirado el período de la conciliación obligatoria, de forma inevitable habrá un conflicto.
«El gremio no desea el conflicto, no le gusta, le incomoda, y mucho más en el marco de una gestión que reactivó y modificó la actividad ferroviaria. Pero la obligación de la conducción gremial es defender a los trabajadores en el Belgrano Cargas», explicó.
En otro orden, detalló que los temas ferroviario y portuario no son exactamente iguales, pero prima «ese concepto arcaico que perdura desde la década del ’90, según el cual el trabajador jerárquico de las empresas y los Estados provinciales no puede ni debe estar encuadrado en una organización sindical».
«Ello ocurre por ejemplo en el puerto chaqueño de Barranqueras. Esos trabajadores pertenecen al sector público y no están encuadrados de manera legal en la APDFA. Pero no son empleados públicos. Con la afiliación masiva que se produjo, el gremio iniciará el procedimiento para lograr el encuadramiento y hay expectativas de forzar una resolución. Ya se produjo un primer paso y podría solucionarse el tema a través de un decreto», dijo.
Silva explicó que de forma previa al proceso privatizador la totalidad de los puertos estaban bajo «la órbita de la Administración General de Puertos (AGP), una empresa del Estado nacional», y reseñó que, a diferencia de los ferrocarriles, en esa época los puertos no fueron destruidos, aunque fueron transferidos a las provincias, en algunos casos a los municipios y, en ocasiones, se crearon figuras como el ‘Consorcio de Gestión».
«Los puertos no dejaron de funcionar, pero se desmembraron y desarticularon, y dejaron de pertenecer a una única órbita. Esta situación depende mucho de la actitud y de las posibilidades de cada gobierno provincial para hacerse cargo. Por eso, el gremio propició la recuperación desde el Estado de un organismo regulador que nuclee a todos los puertos a fin de que no exista competencia porque, a veces, no le hace bien a la actividad», puntualizó.