Una interna del colegio de bioquímicos expuso un pacto entre el triunviro de la CGT y los empleadores. En el medio de una batalla intestina, en la que los consejeros por la minoría del Colegio de Bioquímicos presentaron ante el Inspector General de Justicia, Sergio Brodsky, una denuncia por abuso de autoridad del Colegio Oficial de Farmacéuticos y Bioquímicos de Capital Federal, apareció Héctor Daer.
“Tras la renuncia de un consejero de la minoría corresponde que ingrese el siguiente de la lista oficializada”, afirma María Teresa Manzolido, colegiada y representante de la oposición, pero el presidente José Ohyamburu, dueño del laboratorio del Hospital Italiano, se niega y pretende poner un consejero de su lista “la violeta”, lo que motivó la denuncia de varios colegiados ante IGJ.
El estatuto establece “el acuerdo entre las agrupaciones para mantener las relación de fuerzas resultante de la elección” pero el oficialismo mira para otro lado, a pesar de haber reemplazado sus propios delegados por consenso, declara Manzolido.
La autoridad hizo lugar parcialmente a la denuncia y ordenó iniciar un sumario en la sede de la entidad que próximamente se concretará.
En medio de la pelea, surgió el hombre cegetista. Es que existe malestar entre los colegiados por el fuerte vínculo entre Oyhamburu y el director ejecutivo del colegio, con Héctor Daer que pretende pasar los bioquímicos a Atsa, para bajarle el sueldo, a pesar de que los profesionales tienen hace años su propio sindicato nacional.
También se denuncian tareas de cooptación del oficialismo, ofreciendo dádivas y cargos a miembros de la oposición en estamentos y asociaciones vinculadas al colegio, como el caso de “la Mutual”.