El ministro de Economía, Axel Kicillof, y su par de Industria, Débora Giorgi, recibirán a los principales directivos de las terminales automotrices en medio de un escenario que presenta caídas de ventas del 35%, suspensiones y baja de la producción y de las exportaciones.
En ese marco, Kicillof y Giorgi harán pasar desde las 10.30 a los industriales de cada empresa, de uno por vez, y los empresarios tendrán que «justificar» el precio al que venden los autos, según reclamaron desde la Nación la semana pasada.
Para ello, deberán que dejarles a los ministros un informe de sus costos, la evolución que tuvieron en al menos el último año, y de esa manera explicar los valores actuales de los autos cero kilómetro.
Según dejaron trascender voceros gubernamentales, los ministros sostienen que las empresas «incrementaron los precios más allá de lo que justificaría» la devaluación del 20% de enero.
Esa razón es la que esgrimen en el Palacio de Hacienda para no concederles a las industrias una modificación de la alícuota de los Impuestos Internos, que a fines del año pasado fueron subidas a instancias del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.
Cuando Capitanich llegó al Gobierno, una de las primeras medidas que impulsó fue la suba del gravamen en alícuotas del 35%, para los autos que cuestan entre 170 mil y 220 mil pesos, y del 50% para los que superan ese margen.
La idea de la medida era desalentar la importación de autos de alta gama, en la supuesta idea de ahorrar dólares. Pero por efecto de la inflación, el 70% de los modelos que se comercializan en la Argentina quedaron alcanzados.
La suba del gravamen se efectuó en un marco de contracción económica, con una caída fuerte del crédito, suba de tasa de interés, desmoronamiento de la demanda interna, y desplome de las ventas a Brasil.
Según advirtieron dirigente sindicales del sector, las terminales automotrices radicadas en el país tienen en este momento unos 12.000 operarios suspendidos.
Pero esa situación «podría agravarse con despidos en junio» si no se adoptan medidas que reactiven el consumo, según han anticipado algunas empresas a los sindicalistas.
Según trascendió, Kicillof pretende que las terminales ingresen al programa de Precios Cuidados con algunos modelos y a cambio de ello otorgaría una reducción de impuestos.