La empresa argentina Industrial Hemp Solutions (IHS), con el apoyo del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y el Instituto Nacional de Semillas (Inase), comenzó a cultivar 15 nuevas variedades genéticas de cáñamo para expandir esta industria en el país.
«Estamos muy entusiasmados de poder expandir el uso del cáñamo para mejorar el impacto en las industrias del país y potenciar exportaciones con valor agregado», expresó Maximiliano Baranoff, director de Innovación y Nuevos Negocios de IHS.
Las fibras del cáñamo pueden emplearse en diversas industrias tales como construcción, celulosa, química, energía, automotriz y textil, y reemplazar materiales no renovables de origen fósil, recordaron desde la empresa en un comunicado.
Para la selección de las variedades más apropiadas para el territorio argentino, en septiembre de 2022 IHS celebró un convenio con la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba).
Entre las genéticas a validar en suelo nacional destacan las del programa polaco de cáñamo, dependiente del Ministerio de Agricultura de Polonia, que llevan más de 90 años realizando trabajos de fitomejoramiento maximizando los rendimientos de sus variedades.
El cáñamo es un cultivo anual que puede fijar altos valores de dióxido de carbono (CO2), el principal gas de efecto invernadero responsable del cambio climático.
La totalidad de la planta de cáñamo tiene aplicaciones que incluyen la industria alimenticia, usos textiles, cosmetología o usos en la construcción, entre otros.
En Argentina se espera que cree, en lo inmediato, unos 5 mil empleos genuinos y de calidad.
Las fibras pueden emplearse en diversos procesos tales como construcción, celulosa, química, energía y automotriz, entre otros, y su uso puede reemplazar materiales no renovables de origen fósil, reduciendo el impacto negativo de los mismos en la cadena de valor.
De acuerdo con un informe de la ONU, el mercado global del cáñamo podría cuadruplicar su valor estimado de 2020, alcanzando los US$ 18.600 millones en 2027.
Los granos que provienen del cultivo del cáñamo son considerados un superalimento, por lo que existe una creciente demanda de sus aceites, harinas y proteínas en los países desarrollados.
En la actualidad, ya existen 200,000 hectáreas cultivadas de cáñamo en todo el mundo, incluyendo mercados como Europa, China, Canadá, Estados Unidos y Paraguay, entre otros.