(Por Luis Autalán @luisautalan) Apuntes críticos para el Gobierno, la oposición, el Poder Judicial y los empresarios de grupos concentrados. Un prisma peronista tradicional para reclamar soluciones urgentes ante el fracaso político pero “con todos esos actores en el mismo barco”. Juan «Cacho» García, secretario Gremial de la Federación de Trabajadores de Estaciones de Servicio, destacó, aún en su diáspora, al Movimiento Obrero con párrafos en la insustituible misión y trabajo de las obras sociales, que dejó en claro la pandemia. Alertó que la reforma laboral no es la solución mágica y tampoco se privó de la autocrítica.
La sensación térmica de diciembre en la Ciudad de la Furia viene a tono con la política, su grieta infinita, el tránsito porteño y como oferta global de impacto argento, el Mundial de Fútbol Qatar 2022. El anfitrión llega hasta la planta baja del edificio en el barrio de Montserrat y nos recibe para una de las entrevistas de InfoGremiales que cerrarán la edición de este año para nuestro ciclo. De cabellera prolija y canosa, sonrisa amplia, Juan «Cacho» García, el Gremial de la Federación de Trabajadores de Estaciones de Servicio ofrece gaseosas heladas mientras ordena los apuntes en su escritorio y una hoja blanca donde anotará más que detalles. Con más de 70 años recalca que las conversaciones son un combustible indispensable para su rol sindical y de vida. Donde además de esa pasión hay un sentimiento inseparable de su vida, que aflora en anécdotas o metáforas. Tiene que ver con «el más lindo de los deportes», y tiene sede en Núñez: River Plate, tu grato nombre.
Para reforzar algún concepto irá escribiendo sobre el papel en trazos simples, más allá de que si bien no lo menciona, cuenta con una memoria precisa sobre episodios variados de la «Argentinidad al Palo», ya se sabe, secuencias agridulces de quienes hemos sido testigos y participantes de la vida de nuestro país. Y en ese punto los capítulos recientes tienen, políticamente hablando, el mismo vértigo de una montaña rusa. García, riverplatense al fin, también hace gala de la necesidad de la pausa y parar la pelota incluso cuando la furia apunta a los tobillos y canilleras. Pase corto entonces para abrir la conversación:
«A mí me cuesta calificar a un gobierno peronista, y el gobierno de Alberto lo es y fue elegido por la inmensa mayoría del Pueblo Argentino. Ahora, a veces hay que practicar el peronismo, hay que saberlo manifestar y saber de qué manera el peronismo se siente dentro de la clase de trabajadores»
Juan «Cacho» García
-¿Se juega como se vive? Me refiero a ver jugar a alguien y saber cómo es esa persona.
-Sí, ese aspecto todavía lo tenemos, los dirigentes gremiales sabemos cuál es el reflejo, cuál es el pensamiento. Son momentos muy difíciles, yo creí que te referías al momento que está pasando el pueblo argentino, la clase trabajadora, que hace mucho tiempo que no estábamos tan mal.
-Algo donde gravitan los errores no forzados del Gobierno, la guerra Ucrania-Rusia, la pandemia, la era Macri y más. Ahora, de esta Casa Rosada ¿qué yerro apunta en particular?
-A mí me cuesta calificar a un gobierno peronista, y el Gobierno de Alberto es un Gobierno Peronista, elegido por la inmensa mayoría del pueblo argentino, se identifica con el peronismo. Ahora, a veces hay que practicar el peronismo, hay que saberlo manifestar y saber de qué manera el peronismo se siente dentro de la clase de trabajadores. Pienso que estamos en serio riesgo, más allá de que yo no tengo el peronómetro para calificar a otro compañero.
-¿Alguien lo tiene?
-Algunos creen que lo tienen, aunque te parezca raro, algunos se paran en un pedestal y te señalan: «vos sos más peronista», «vos sos menos peronista». Como decía el general, única fuente de toda razón y sabiduría: «peronistas somos todos». Porque están los peronistas que estuvieron cerca de Menem, los peronistas que estuvieron cerca de Frondizi y todo es así. Entonces yo pienso que el Gobierno tiene que hacer grandes esfuerzos, porque no estamos contentos con todo lo que está haciendo y sobre todo en la parte económica, donde no incluye a los trabajadores en este tema. Tenemos poca participación, nos llaman nada más que para los acontecimientos sindicales, pero la solución es económica, pero primero tenés que dar una solución política.
-Ahí nos remitimos a Lorenzo Miguel. Sin solución política no hay solución gremial.
-Por supuesto, fijate que yo era compañero metalúrgico, hasta 1976, esa frase la reiteró siempre Lorenzo y es el problema de lo que está pasando ahora. Al respecto tengo mi propio pensamiento, veo a los demás países alrededor de Argentina y mantienen un bajo nivel de inflación, no tienen tanta pobreza, tienen distintos problemas y también atravesaron una guerra y una pandemia. Sobre el Covid y la pandemia quiero decir algo fundamental, porque siempre son atacadas las obras sociales sindicales, y en realidad si no fuera por ellas la pandemia hubiera un destrozo peor. Yo, en esta oportunidad que me da InfoGremiales de poder hablar, tengo que agradecer que a través de las obras sociales sindicales pudimos atender a la población en el tema de la pandemia. Por eso este Movimiento Obrero, que es el único en el mundo que tiene obras sociales sindicales, y con tantas cosas que dicen de los dirigentes sindicales, nosotros las sabemos administrar y cuidar. Sabemos cuando las tenemos que poner al servicio del trabajador y su grupo familiar, siempre. La prueba es esta, tenemos las diferencias y deficiencias que podemos tener todos, pero el servicio médico lo brindamos. ¿Qué hubiera pasado en la Argentina si no hubiera este sistema de salud que a través de las obras sociales sindicales? Porque fijate que estamos reclamando los aportes que nos deben, para los tratamientos de los hijos de compañeros que tienen problemas de discapacidad. Aportes que no se pagan, pero no nos vamos a cansar de reclamar porque las obras sociales son de los sindicatos, son de los trabajadores, y queremos recuperar todo lo que nos debe la Superintendencia de Servicios de Salud.
-Dinero de los sindicatos y de los trabajadores.
-De los trabajadores y de los sindicatos y hay un aporte empresario también.
-Lo remarcamos porque desde el Gobierno que fuere dicen: «se entregaron tantos millones a los sindicatos para obras sociales» y no es que sacaron el dinero del Tesoro Nacional.
-Es plata genuina de los trabajadores que vuelve a los trabajadores pero señalo, remarco e insisto con esto que considero fundamental: En la Argentina la hubiéramos pasado muy mal si no existían las obras sociales sindicales.
-¿Lo que estimó un ex presidente? «Que se muera el que se tiene que morir».
-Claro. En el mundo fue así, no se preocupaban mucho, pero ya pasó. También hay que ver que el hombre logró crear una vacuna en tiempo récord, algunas de ellas con problemas, no me quiero meter en el quilombo que hay ahora de las vacunas en Argentina. Lo que quiero señalar es que la raza humana cuando se pone a pensar para hacer el bien, logra hechos concretos. La vacuna contra el Covid llegó en menos de 2 años, cuando la vacuna para el sarampión, u otra enfermedad, tardó 5 años o más. Lo que quiero resaltar la capacidad del ser humano para construir y no para destruir.
-Hablando de construir, pero en política y gremios, hay quienes destacan su protagonismo en la reorganización sindical en 1983, retorno de la democracia, incluso junto a Saúl Ubaldini.
-Fui un actor de reparto no más que eso, y porque acompañé a los grandes protagonistas, acabás de nombrar a Sául Ubaldini, y quiero hacer un pequeño homenaje a esa gente del 83 que falleció, a José Luis Pirraglia, uno de los fundadores de la Juventud Sindical Peronista y dirigente textil, que después tuvo sus inconvenientes con los empresarios de ese rubro industrial y terminó siendo dirigente de los municipales. Bueno, en 1983 se rearma el Movimiento Obrero, desde el fortalecimiento. También fui actor de reparto cerca de otro gran dirigente Diego Ibañez, tiempos de la famosa «Ley Mucci». Porque ahora, donde algunos a veces se entusiasman con la reforma laboral, quizás haya que decir que a la hora de modernizar algunos convenios colectivos, ése es un trabajo que tenemos que hacer entre las partes y entre los actores. En mi caso los patrones y los dueños de estaciones de servicio y los trabajadores a través de su sindicato. Ahí vemos qué modernización podemos dirigir pero no se puede, de la noche a la mañana, hacer una profunda modificación al Código Laboral. Da para hablar, no soy negacionista en sentarme a conversar sobre los temas laborales, pero ¿ese es el problema de los argentinos? ¿Ese nada más, la reforma laboral, o hay otros problemas?
-Desde el gobierno de Alfonsín se hablaba de «democratizar los sindicatos».
-Claro, la famosa “Ley Mucci”, ganamos por 1 voto en la Cámara de Senadores, con el voto del Movimiento Nacional Neuquino y de Elías Sapag.
«A través de las obras sociales sindicales pudimos atender a la población en la pandemia. Por eso este Movimiento Obrero, que es el único en el mundo que tiene obras sociales sindicales, y con tantas cosas que dicen de los dirigentes sindicales, nosotros las sabemos administrar y cuidar”
-En aquella derrota del peronismo de 1983 no se le reconoció al sindicalismo su rol de nervio motor para la recuperación de esa estructura política justicialista.
-Clarísimo, el rol del sindicalismo del Movimiento Obrero fue el mismo que en las dictaduras anteriores. Los sindicatos que no estaban intervenidos eran una unidad básica para los políticos peronistas. Y en el 83 volvimos a tener esa vena, esa lucha, esa conciencia de clase. Saúl Ubaldini es recordado porque le hizo 13 paros a Alfonsín pero también le habíamos hecho 7 a la dictadura, a veces no la cuentan bien ¿no? Pero el 27 de abril de 1979 fue el primer paro a la dictadura militar.
-Había que hacer un paro en esa época…
-¿Cómo? Nosotros estábamos acompañando a la Comisión Nacional de los 25 y hubo muchachos que fueron presos. Mirá por estas horas hay un compañero que asume después de muchos años de ser adjunto en el SUPeH, que es Juan Carlos Crespi, lo hace por fallecimiento de Antonio «Coco» Cassia. Ese 27 de abril del 79 cayeron presos.
-Le pido una mano sobre su corazón, después de haber sido columna vertebral del regreso el peronismo al poder, ¿el menemismo fue una bomba liberal que les explotó en el seno del Movimiento Obrero? Mirando los hechos con el diario del lunes.
-Con el diario del lunes todos nos podemos explicar todo de alguna manera, pero cuando privatizaron, cuando empezó a actuar, el Gobierno Menemista fue apoyado por un montón de gente. Estaba el «Movimiento Nacional Sindical Menem Presidente», nosotros queríamos que el peronismo vuelva a gobernar el país, y reivindico algunas cosas de Carlos Menem, he participado con él, me dio su amistad, fui a su velatorio, como corresponde, y en sus cosas más y sus cosas menos, la historia lo juzgará. Pero en ese tiempo Argentina no tuvo inflación, se acomodó en el mundo, y había que acomodarse en el mundo, tuvimos graves y serios problemas. No muchos recuerdan que tuvo una gran intentona de un golpe de Estado y hay que recordarlo, que él la sofocó, se vivía con todas esas cosas que eran desagradables pero en cierta medida el Movimiento Obrero lo acompañó, otros compañeros lo combatieron y está bien. Y después algunos nos pusimos en una posición un más distante. Por ejemplo en la actividad nuestra con Menem surgieron muchas estaciones de servicio, eran quiosquitos que se abrían por todos lados después se fundieron, pero yo no quiero descalificar hoy al Gobierno de Carlos Menem.
-En la discusión sobre si el menemismo fue peronismo usted no lo guarda en el placard.
-Para mí Carlos Menem fue peronista. No puedo renegar de que tuve trato y relación con él.
-Menem fue electo y reelecto, hablamos de conciencia de clase, usted dijo que 2022 es un momento preocupante para las los trabajadores y trabajadoras argentinos. ¿Qué es más importante la conciencia de clase o la unidad de los dirigentes sindicales?
-Está todo junto. Es todo dentro de lo mismo, vos tenés que tener conciencia de clase, saber que pertenecés a la clase trabajadora y tenés que lograr a través de eso la unidad del Movimiento Obrero. Eso que se llama unidad y proyección para lograr una unidad de acción, eso lo definía Perón. Primero, una mirada de concepto, ¿qué sos? Trabajador, empresario, pero la conciencia es de clase y te la da una unidad para la acción.
-Un funcionario me dijo en 2015, que lamentaba que algunos dirigentes sindicales habían inventado a un Perón que no existió. Me lo comentaba en cuanto a esta polémica, que algunos consideran una pérdida de tiempo, para definir si el kirchnersimo es peronismo.
-Lo conocí, lo traté a Néstor Kirchner cuando el fue presidente porque asumí en el Consejo Directivo de la CGT junto con Hugo Moyano, y lo conocí en los primeros 4 años de gobierno. No tengo el peronómetro para decir quién fue el menos o más peronista, te repito. Pienso que Perón es único, lo ves en la historia reflejado en los distintos gobiernos, en su primer gobierno, en el segundo y en el que yo viví y mamé porque lo conocí al general Perón. Ese que iba a la CGT, que iba a la UOM en Capital, al único sindicato que fue en 1972, ése es el tercer Perón. Ese es el Perón grande que hablaba de la comunidad organizada, es el hombre que se dio el abrazo con Balbín, es el Perón que yo rescato, al que ofreció su vida para volver a su país.
-Hoy, en un Frente de Todos que parece el Frente de Todos contra Todos, ¿se equivocan cuando tratan a Cristina como parte del problema cuando ella es parte de la solución?
-No sé si Cristina es parte de la solución o es parte de algo, no soy kirchnerista, no pertenezco a ninguno de los grupos identificados con el kirchnerismo, aunque tengo una excelente relación con algunos. Mirá qué paradoja, con los chicos de La Cámpora, me junto a comer. Hay chicos muy valiosos que recién empiezan y nos preguntan sobre tal o cual tema y a mí me gusta estar con ellos. son buenos chicos, cuadros políticos que nos van a conducir en el futuro. No conozco a los grandes líderes de La Campora, pero tengo una excelente relación con esta parte que te mencioné. Pero el Frente de Todos en estos momentos está temblequeando, tiene quilombos, problemas entre ellos que nos reflejan a los trabajadores, a la sociedad argentina. No sé lo que va a pasar, estamos hablando de un momento histórico y esperemos que todo esto traiga paz. Estamos viviendo acelerados mal, hay mal humor de la gente. Tampoco la solución viene de la oposición ¿eh?. Ojala hubiera una oposición que traiga una solución pero no la veo, esta coyuntura es muy difícil.
«Saúl Ubaldini es recordado porque le hizo 13 paros a Alfonsín pero con él también le habíamos hecho 7 a la dictadura, a veces no la cuentan bien ¿no? Pero el 27 de abril de 1979 fue el primer paro a la dictadura militar»
-En ese rango que menciona, no recuerdo un Gobierno peronista con un debate interno y público feroz sobre si paritarias o sumas fijas…
-Mirá dame la suma fija pero también seguimos con el Convenio Colectivo de Trabajo. No inventaron nada, esto es básicamente lo mismo que el bono que hacíamos nosotros a fin de año.
-¿El Frente de Todos parece no tomar conciencia de que el 2023 está a un paso?
-Pienso que en el Frente de Todos parecería ser que no se paran en buscar una solución para los trabajadores, para todos, lo veo muy sumergidos en sus propios temas, en tratar primero de resolver su interna y después sálvese quien pueda. Veo una diáspora, mirá, yo que soy de la Federación de Estaciones de Servicio y ando recorriendo el interior, converso y mantengo contacto con los compañeros, ahí hay un peronismo de gente que está caminando. No diría subterráneamente, sino que está buscando una invitación política distinta. Está buscando esos grandes dirigentes, que los hay en el interior del país, dirigentes que los representen. El Frente de Todos tiene solamente una gran referente política, a la que respeto mucho que es Cristina, y después para abajo no tiene referentes, a mí entender. Ni hablemos de la oposición que no tiene a nadie, no creo que pueda salir. Ojalá hubiera de un lado y del otro distintos referentes. Los peronistas están caminando para buscar su identidad, el compañero de Entre Ríos, de Corrientes, y otros están caminando buscando su identidad, y eso se refleja mucho en compañeros que tenemos una cierta experiencia, que mantuvimos una conducta, porque nadie nos puede decir que no mantuvimos una conducta como dirigentes gremiales, pero bueno, no somos empresarios como algunos que después te quieren dar clases de los trabajadores.
-A ese músculo de las provincias, el famoso aparato ¿los dejará pasar la General Paz, el Puente Pueyrredón, los dejará gravitar en un momento donde se necesita esa militancia?
-Pienso que van a encontrar ellos solos su referente porque hoy la juventud, la mayoría de los muchachos, de la gente joven, está cansada de los políticos, de cierta dirigencia, de no tener las respuestas necesarias. Si lo pensás los problemas de hace 10 años, la inflación, lo que cuesta mantener la casa, la economía, son los mismos problemas. Y todos quieren una solución, algunos se vieron reflejados de distinta manera. Para la generación nuestra es la última oportunidad, por una cuestión biológica, nosotros que vivimos con la esperanza del general Perón, de la comunidad organizada, del abrazo Perón/Balbín, de la fraternidad, de un peronismo humanista, cristiano y todo eso, estamos muy lejos de esa realidad, pero no bajamos los brazos. Porque todo eso forma parte de nuestra lucha y bajar las banderas, renunciar a la lucha es renunciar a la vida y eso te da cierta mística.
-Con todo lo que me dice, ¿qué siente y piensa cuando ve a pobres y trabajadores repitiendo las frases de libertarios y de la derecha?
-Son todos iguales, los pobres son de izquierda, de derecha y del centro. El fracaso de la izquierda, la derecha y el centro, es el gran fracaso de los políticos.
-Y del peronismo.
-Obviamente. Y de los partidos políticos. Hemos fracasado en algunas cosas. uno trata de dar solución a cada problema de los compañeros de los gremios a veces se puede y a veces no, pero acá hay un gran fracaso de la dirigencia política, el fracaso de no tener los resultados necesarios.
-¿Se cuestiona más fácil al político y al sindicalista que al empresario del grupo concentrado o al funcionario de la justicia?
-Quiero dejar en claro que cuando hablo de los políticos y de los gremialistas, en ese barco también está el Poder Judicial y el empresario. Hoy son tan culpables o más que un político, los formadores de precios son causales de lo mal que está pasando Argentina, tan culpables o más quizás, pero qué difícil es sentarse en una mesa, hablan del pacto de la Moncloa, de esto y de aquello, pero qué difícil es sentarse en una mesa y tratar de arreglar esto, es muy difícil por las miserias humanas que a veces tiene cada persona.
-¿A su edad esperaba que esas miserias humanas fueran menos de las que existen?
-Por supuesto. Estaba convencido de que habíamos terminado eso, que había gente distinta, pero hasta ahora las miserias humanas todavía nos siguen rodeando y dando vuelta por muchos lados.
-Integra el bloque de dirigentes de los gremios de energía. ¿Vislumbran alguna esperanza más o menos concreta de ese sector para encontrar una salida a tanta crisis del país?
-El gremio nuestro conforma con otros la famosa CATEDHA (Confederación Argentina de Trabajadores y Empleados de los Hidrocarburos, Energía, Combustibles, Derivados y Afines, Agua, Saneamiento y Medio Ambiente) ahí están los gremios petroleros, los de Luz y Fuerza, están todos los muchachos. Eso fue creado con un pensamiento de poder, todo lo que sea la energía, debe darle musculatura a los trabajadores para avanzar juntos en darnos una política nacional que sea de toda la energía, de todo el gas, de todo el petróleo, todas las riquezas concentradas que tenemos. Donde es necesaria una política nacional que el gobierno también acompañe. Es difícil casi que es una cosa de locos. Fijate que YPF, que es nuestra empresa de bandera, y tiene que ser un tema de Estado, más allá de que pasen los gobiernos que pasen.
-¿Nos quiere contar cómo es su familia?
-Tengo a mi señora una hija y nada más, no tengo nietos, mi hija está casada con otro hincha de River no podía ser de otra manera (risas) y ellos están estudiando afuera.
-¿Son la gran banca de un dirigente que no tiene horario?
-Por supuesto que sí, y sobre todo mi madre, ella fue un faro, un hito. Fijate que yo había perdido a mi viejo a los 18 años, trabajaba en una fábrica metalúrgica, afiliado a la UOM Capital y ya a los 19 era delegado de esa fábrica, que hacía amortiguadores a gas, y ahí empecé en la Juventud Sindical Peronista, con distintos compañeros y en el 76 fuimos en cana, estuvimos demorados en Coordinación Federal con varios compañeros, no sabíamos qué pasaba. Y después, con el tiempo, quise regresar al gremio metalúrgico pero no pude, a la fábrica mía Martínez de Hoz y ya la había hecho bolsa. Entonces me fui a trabajar a la playa de estacionamiento de la Avenida 9 de Julio y ahí llegué a la conducción gremial. ¡Mirá vos te conté mi historia en 2 minutos! En 1981 conozco a mi señora, ella era empleada de Osecac y trabajó ahí hasta que se jubiló.
«Algunos a veces se entusiasman con la reforma laboral, ése es un trabajo que tenemos que hacer entre las partes y entre los actores. En mi caso los patrones y los dueños de estaciones de servicio y los trabajadores a través de su sindicato. No se puede hacer de la noche a la mañana»
-¿Cuál es su cable a tierra?
-Leer. Leo mucho sobre todo en cuanto a temas laborales, también me gustan algunos libros de historia, las estadísticas. Y hay algo especial, una buena relación con el Papa Francisco, la tenía acá y después en Roma lo fuimos a ver. A veces tenemos relación a través de una persona amiga que es el que llama por teléfono y charlamos, nos juntamos 5 o 6 y cuando este compañero tiene la autorización para hablar con Francisco, y si él tiene ganas, nos da una reflexión. Lo bancamos mucho cuando era cardenal acá. Las reuniones de la Pastoral Social en Luz y Fuerza, cuando él hacía sus convenciones y los gremios, éramos activos participantes, más allá de que después llegó a Papa, era una cosa que nosotros seguíamos y seguimos compartiendo con él, más que un vínculo. A la Pastoral incluso venían compañeros que pensaban distinto y vos no sabes qué cómodo me siento cuando converso con compañeros que tienen distintos pensamientos ideológicos o son de derecha, o son de izquierda o del centro. Me encanta tener esas discusiones muy productivas y adultas.
-¿Nunca se agarró a piñas por discutir de política?
-Sí (se sonroja) pero cuando era más joven, pero te digo en estos tiempos modernos me quedó la huella después del abrazo Perón Balbín y de haber sufrido la cruel dictadura cívico militar, de ver todo lo que pasó. Lo recuerdo y se me eriza la piel porque viví todo eso, conocí gente desaparecida, gente a la que los extremistas iban mataban a un milico y les saltaba una bala y mataban a una piba que iba caminando y no tenía nada que ver. Eso no lo quiero, me horroriza y trato de que en esas conversaciones, tener un acuerdo de lo que no tenemos que hacer. Hay que llegarle con amor a la gente no hay un camino mejor, aún cuando podamos pensar diferente, de esto se trata.
-¿Música?
-Variada, me gusta mucho el folklore, el tango, Julio Sosa, Gardel. Me gusta el rock nacional, los maestros Charly García y Luis Alberto Spinetta,
-Charly y el Flaco, dos riverplatenses emblemáticos.
-Los conozco personalmente, cuando en River venía Charly, yo un terrible cholulo pero no había celulares para sacar una selfie, buscaba un fotógrafo y alguno nos sacaba un foto (risas).
-Le pregunté a otro sindicalista de River, Hugo Yasky sobre Labruna o Gallardo.
-Marcelo Gallardo por todo lo que significó para River, su manera de ver, sentir y jugar al fútbol, me hizo muy feliz, le deseo lo mejor en la vida. ¿Y ahora qué le va a pasar a Martín Demichelis? Imaginate, tiene que ir a cantar después que cantó Frank Sinatra y entonar su mejor canción (risas).