(Por Luis Autalán @luisautalan) Un día después del acto en Defensores de Belgrano el vuelo que esta conducción de la CGT inició en 2021 atraviesa un nuevo pozo de aire con final abierto, siempre inestable. Tiene motores de combustión en el incremento de precios y las internas de las internas, al igual que el Frente de Todos. No obstante quizás se pueda estabilizar esa nave “como ya ha sucedido en muchas ocasiones”, aseveran desde sus diferentes falanges con mayor o menor énfasis ante la consulta.
El sector dialoguista y dominante ratificó sus ejes en el Bajo Belgrano: la interpelación a la política, más que guiños a Sergio Massa rumbo a las elecciones y el diagnóstico del diagnóstico social/económico, más la incipiente referencia a la reducción de jornada laboral, antes un tema tabú.
Desde la franja de sindicalistas ausentes, que entre otros incluyó al triunviro Pablo Moyano, Abel Furlán (UOM) y al secretario gremial de Azopardo Mario «Paco» Manrique, el tono personal lo puso él también adjunto de Smata. «Los compañeros decidieron hacer un acto a puertas cerradas y la historia de la CGT marca otra cosa», apuntó tomando carrera.
La interpelación a la clase política, donde la central equipara al Gobierno y a la oposición, tampoco quedó fuera de su mirada: «No estamos para eso», asestó. Y en cuanto a desencuentros recientes confirmó que en el último Consejo del Salario (CNS) fue eyectado del debate por videoconferencia, luego de sus cruces con la UIA.
«Me dijeron que no estaba en la nómina de los participantes y que me desconectara», ironizó para acotar que el haber mínimo no debe ser menor a $210.000. Manrique sostiene que mientras la renta global empresaria es el 7% «las empresas alimenticias de la Argentina tienen un 20% de mínima».
En cuanto a las elecciones 2023 señaló que su candidata sigue siendo Cristina, «y si no es la compañera mi candidato es un programa de Gobierno, si tenemos eso, una propuesta seria, para pisar callos y pelear, que me traigan a Piñón Fijo de candidato y lo voto».
Embajada, grietas y lo que «no da»
La ausencia de Pablo Moyano tiene antecedentes desde que se inició esta CGT a fines de 2021 en Parque Norte. El camionero -sólo en tiempo de descuento- participó de aquel congreso vía teléfono celular. Tampoco asistió al acto del 1ro de Julio pasado cuando Alberto Fernández estuvo en Azopardo. Como en dicho homenaje a Juan Domingo Perón, la presencia de Hugo Moyano y algunos dirigentes del Frente Sindical (Fresimona) no alcanzaron para disimular su ausencia.
Moyano padre le explicó a este medio alguna vez que cada uno de sus hijos, «expresa su concepción política y sindical», desde las posturas que cada uno desarrolla. Y remarcó que nunca había podido llevar a Pablo «a ninguna reunión con Mauricio Macri de presidente».
En tanto Facundo, crítico del Gobierno y del kirchnerismo, hoy referente de las 62 Organizaciones, estuvo junto a Hugo en Defensores de Belgrano.
Otro punto malestar con el acto de Defensores se cifró entre los sindicalistas que estuvieron con Cristina en el Senado, ausencia significativa de Pablo Moyano vale recordar, durante esa tertulia de la sana no finalizada del Operativo Clamor por su candidatura. «Estamos con mucha bronca, no daba estar ahí en Defensores por compromiso. Estos juegan para ellos y para la Embajada», repitieron, palabras más palabras menos, fuentes de la Corriente Federal a este medio.
Aclaración expresa de que sindicatos de la CFT también participaron del acto, claro.
Otros intentan amenizar el polvorín post Bajo Belgrano, señalando que allí hubo moyanistas, que también estuvo la Asociación Bancaria y Sadop, e incluso alguna fisura en el Fresimona. El epílogo de la CGT y su convocatoria invita con pruebas a pensar que la fractura, la reformulación de su cúpula o una nueva tregua forzada por las elecciones, donde Cristina puede tallar al indicar un candidato presidencial, tienen asidero.