La Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) dio el primer paso y aprobó ayer, en su reunión de Consejo Directivo, la realización de una protesta con movilización, “a raíz de la crítica situación por la que atraviesa gran parte de los trabajadores del país”.
De esta manera, la CATT, que conduce el triunviro de la central obrera, Juan Carlos Schmid, anunció que elevará su postura a la Confederación General del Trabajo (CGT) para su consideración.
“El agravamiento de los índices de pobreza, la multiplicación de despidos en diversas ramas de producción, el intento de restringir el derecho de huelga por parte de legislaciones provinciales (hecho decididamente anticonstitucional), además de las declaraciones del gobierno sobre el colectivo sindical, adjudicándole prácticas mafiosas como así también haciéndolo responsable de la falta de competitividad, constituyen una falacia que pretende ocultar los verdaderos problemas del programa económico del gobierno”, argumentaron los transportistas en un comunicado de prensa.
“Por otro lado, el hecho de que tengamos cuatro sindicatos intervenidos -seguridad, SOMU, Azucareros y ahora canillitas-, en lo que va de la actual gestión, sin que existan señales claras de restitución a sus legítimos representantes, son indicadores de una arremetida sobre nuestras organizaciones”, agregó Schmid.
El texto difundido sostiene que los trabajadores argentinos “hemos asistido a un desproporcionado despliegue de fuerzas de seguridad frente al sindicato de Canillitas como si se tratara de algún elemento terrorista cuando en realidad estamos hablando de un compañero de probado comportamiento”.
“Como sindicatos del transporte expresamos nuestra solidaridad y ratificamos nuestra postura en defensa del Modelo Sindical, de la Libertad Sindical, de la no intromisión en los asuntos intrasindicales y quedamos dispuestos a movilizar nuestros gremios”, agregó el Juan Pablo Brey (aeronavegantes), secretario de prensa de la CATT.
Por su parte Schmid cerró diciendo: “El sindicalismo argentino atravesó la prueba del ácido, como decía Perón: primero fusilaron militantes en los basurales, después intentaron domesticarnos. En la dictadura, el terrorismo de estado nos quiso “desaparecer” pero los sindicatos resurgieron más fuertes que nunca con la vuelta de la democracia. Una vez más la sabiduría del viejo general nos sigue guiando: “solo la organización vence el tiempo”.