La CGT reunió a su mesa chica. Pidió «no cerrar la posibilidad de trabajar», puso en duda la pauta inflacionaria del 29% y acordó buscar la renovación de autoridades antes de fin de año. Además hubo referencia al impacto que puede generar la segunda ola en las obras sociales.
Los principales actores de la conducción cegetista se encontraron ayer en lo que fue una hermética reunión de mesa chica. Charlaron sobre la economía, las paritarias, las obras sociales y la necesidad de avanzar en la renovación de autoridades.
Los dirigentes coincidieron en cerrar filas en el reclamo de una economía que siga funcionando a pesar de la segunda ola de Coronavirus. «No queremos que se deje de trabajar», señalaron.
Para los asistentes el desarrollo de las variables económicas pone en duda el pacto de precios y salarios impulsado por el Gobierno y hasta abre un manto de sospecha sobre la pauta salarial anual que fijó la gestión de Alberto Fernández. Es que si la inflación de marzo está en línea con lo que miden los privados, el primer trimestre del año habrá alcanzado el 13%, un tercio de lo proyectado por Martín Guzmán para todo 2021.
Otro punto álgido tiene que ver con la viabilidad financiera de las obras sociales. La segunda ola provocará un nuevo impacto en las entidades que ya sufrieron suficiente a lo largo de 2020.
Además pusieron en marcha el operativo renovación de autoridades. La CGT mandató a sus abogados para que se ponga en marcha el mecanismo que le permita renovar su conducción, con mandatos vencidos desde agosto de 2020, en el último trimestre de este año.