«La CGT recuerda a su exsecretario general, quien cayó víctima de la crueldad infamante y la extrema intolerancia, en 1973», señaló un comunicado firmado por el secretario de Prensa, Jorge Sola.
La central obrera señaló a través de Sola que la muerte de Rucci constituyó «un ataque directo al Pacto Social, un acuerdo ideado entonces por Perón y al que se avinieron trabajadores y empresarios», y aseguró que «el mejor homenaje al exjefe de la CGT es hoy la defensa de los derechos de los trabajadores a través del fortalecimiento de la institución y el sostenimiento de las bases del contrato social como elementos de la vida en democracia».
Sola reseñó palabras de Rucci sobre el sindicalismo argentino, cuando sostuvo que «el movimiento obrero no puede ser más un convidado de piedra en las grandes decisiones nacionales».
A su vez, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) homenajeó a Rucci en el cementerio de la Chacarita y resaltó su figura y lealtad.
El secretario general de la organización, Antonio Caló, colocó frente a la bóveda de Rucci en ese osario metropolitano un nuevo busto del exjefe gremial que, en su momento, había sido robado.
Rucci, dirigente metalúrgico, asumió la secretaría general de la CGT en 1970 y fue asesinado de 33 balazos en 1973 por la organización armada Montoneros, que luego reivindicó su muerte en uno de sus medios de comunicación.