Longvie, la fabricante de cocinas, calefones y termotanques de capitales nacionales, anunció que tendrá que reestructurar una serie de Obligaciones Negociables que había emitido en noviembre del año pasado, por un total de $ 150 millones y desató una serie de efectos colaterales.
«La firma iniciará conversaciones con entidades bancarias y tenedores de la Clase IV de Obligaciones Negociables (…) con el propósito de redefinir el perfil de vencimientos de su deuda financiera a efectos de adecuarlos a la capacidad de generación de fondos de la compañía», indicó Longvie en un comunicado a la Bolsa de Comercio que dio a conocer el portal Mundo Empresarial.
En el balance semestral que la empresa cerró el pasado 30 de junio, tenía un pasivo corriente (quiere decir que se vence dentro de los siguientes 12 meses) de $ 602,5 millones y un pasivo no corriente (a más largo plazo) de $ 98,9 millones. Así, el total de deudas de la firma asciende a más de $ 700 millones.
En los primeros nueve meses del año, la compañía vendió $ 1.000 millones y tuvo una pérdida de $ 7 millones, la primera desde 2011. A septiembre, las ventas de producción propia al mercado interno en volumen de la empresa totalizaron las 181.981 unidades, 24% menos que el año pasado.
Para no seguir sumando stock, como dio a conocer InfoGremiales, la empresa decidió suspender al personal de su planta de Paraná a partir del lunes, aunque seguirá pagándoles 75% del salario.
Sin embargo ese pedido de reestructuración, que tendrá un costo con «el mercado», es trasladado a sus empresas proveedoras, que a su vez lo trasladas a sus operarios.
Tal es el caso de una metalúrgica proveedora con 50 operarios y que hace los componentes para calefones y cocinas. A lo largo de todo el 2018 las órdenes de producción de las «grandes empresas» como Longvie pasaron de 5000 unidades semanales a 500 unidades, incluso a 0 en algunos casos.
Lo perverso es que estos clientes pagan órdenes de compras con valores a 180 días, y a tasa 0% de interés, cuando hoy las tasas de referencia están entre un 65% y un 85% para las pymes.
Tal es la crisis a la que arrastran a las pymes proveedoras que están empezando a abonar los salarios con cheques a Marzo del 2019.