“Somos militantes y dirigentes con representación en 17 provincias, muchos fuimos parte de la recuperación del gremio frente a la dictadura cívico militar, crecimos con la resistencia al neoliberalismo de los ’90, fundamos la CTA y hoy, una vez más pretendemos convocar a la unidad de nuestra organización y de la clase trabajadora, y al movimiento popular como bien lo definía Germán Abdala”. Así se presentaron en la solicitada publicada días atrás en Página/12.
Allí acusaron a la actual conducción nacional de ATE de haber “abandonado las banderas históricas que le dieron origen y cuerpo a nuestro gremio”. Y señalan por ejemplo que “cada lucha provincial queda librada a su propia fuerza, carecemos de ámbitos de construcción y debate de las políticas gremiales provinciales, los trabajadores públicos nacionales no encuentran canales de organización común, se sufre un permanente avasallamiento a la soberanía de las provincias con la promoción permanente de internas interminables que buscan, especialmente, debilitar a quienes fueron elegidos por sus compañeros, se manejan fondos sindicales con absoluta discrecionalidad”.
Además, en un nivel más político, y en relación a los últimos paros promovidos junto a Luis Barrionuevo, advierten que ATE aparece “vinculada a expresiones que nada tuvieron ni tienen que ver con nuestra historia de lucha junto a los movimientos populares”.
La propuesta de los disidentes es: “construir una ATE FEDERAL, es decir, con irrestricto respeto a las representaciones surgidas por el voto de los afiliados; una ATE PLURAL que recoja en su seno las distintas líneas de pensamiento surgidas de la voluntad de sus afiliados; y por sobre todo una ATE DEMOCRÁTICA, donde sean los trabajadores quienes decidan y no un puñado de dirigentes que se arroga dictatorialmente el derecho no sólo a decidir sino también a contrariar la voluntad mayoritaria de los afiliados; y con un manejo TRANSPARENTE y EQUITATIVO DE SUS FINANZAS”.
Por último, postulan su posicionamiento frente al Estado: “No queremos un gremio oficialista, tampoco opositor, y mucho menos una ATE funcional a los grupos económicos que necesitan gobiernos títere y Estados garantes de sus intereses. Tampoco queremos un gremio neutral, sino por el contrario nos identificamos con políticas que reivindiquen un Estado protagónico en la defensa de la soberanía, en la defensa de los derechos del pueblo y activo en la planificación de una sociedad mejor. En este marco somos y seremos orgullosos trabajadores del Estado”.