Ayer por la tarde la CTA que conduce el estatal Pablo Micheli marchó al Congreso de la Nación para acompañar la presentación de un proyecto de nueva legislación para las asociaciones sindicales. El proyecto presentado por el diputado nacional Víctor De Gennaro apunta a cambiar de plano el modelo sindical argentino y romper con el unicato sindical.
Pero la movilización de Micheli tuvo un eje que se destacó por sobre el resto. Todos los oradores expusieron que la CTA y la multisectorial de organizaciones sociales que la acompañaron se encuentran en dialogo por la construcción de un nuevo paro general, pero esta vez de 36 horas.
Juan Carlos Giuliani, secretario adjunto de la CTA disidente, remarcó que «No se ha dado respuesta a ninguno de los reclamos que motivaron el paro general del pasado 10 de abril». Motivo por el cual, no sería una sorpresa que la continuidad del plan de lucha determine una medida superior.
Si bien en esta ocasión hubo un distanciamiento con sus socios del 10 de abril, ya que las CGT opositoras marcharán el 14 de mayo y con el foco puesto en la inseguridad, las conversaciones entre la CTA de Pablo Micheli y las CGT Azopardo y Azul y Blanca están avanzadas. Debaten un nuevo paro nacional, pero esta vez por 36 horas todavía con fecha a definir.
El titular de la CTA porteña, Carlos Chile, advirtió: «Salvo que haya un viraje en la política económica del gobierno, mientras no haya ninguna mesa de diálogo y este ajuste siga golpeando a los trabajadores, vamos a trabajar para construir un paro de 36 horas con movilización a la Plaza de Mayo en el marco de la unidad de acción con las CGT opositoras».
También encontró un consenso unánime entre los asistentes el «repudio» contra los proyectos que se impulsan desde el oficialismo para reglamentar los piquetes. Tanto los dirigentes de la central, como los referentes de las organizaciones sociales remarcaron que una ley en ese sentido sería un avance en la criminalización de la protesta social.