El 28 de abril de 2018 parece ser la fecha clave. Ese día, según comunicaron oficialmente ayer en la sede Perón de la CTA Autónoma, se realizará un congreso de la central obrera que buscará dirimir el liderazgo en disputa desde hace dos años y que terminó en la separación de hecho de dos vertientes Autónomas: la que encabeza Pablo Micheli y la que lideran Ricardo Peidro y Hugo «Cachorro» Godoy.
En esa ocasión esperan reunir a los 565 congresales y a la conducción nacional de la CTAA para que se resuelva quién tomará las riendas hasta que culmine el proceso electoral, que deberá renovar los mandatos que vencen el 30 de septiembre del año próximo. «Si no hay consenso deberá imponerse la mayoría», adelantaron.
Peidro, actual secretario adjunto de la CTAA, y Godoy, titular de ATE Nación (el principal pilar que sostiene en la práctica a la central), creen que sentenciarán el final de la carrera de Micheli, quien había lanzado mediáticamente su plan de reunificación con Hugo Yasky, como salvoconducto ante sus problemas intestinos. «Es inviable. Nadie en la CTA Autónoma discutió la unificación orgánica con la CTA de los Trabajadores», señalaron.
Desde Perón sostienen que la convocatoria al «Congreso Normalizador» de abril contó con el aval de 17 de los 24 secretario Generales de las provincias y que hubo dos más que no estuvieron por cuestiones estrictamente personales. Entienden que eso representa el nivel de consenso interno para correr a Micheli, a quien colocan como un problema para establecer estrategias de unidad en acción con los gremios de la CGT y con los primos de la CTA de los Trabajadores: «Con Micheli ahí en representación de la CTA Autónoma sin discutirlo con nadie, nosotros no podemos hacer nada», recalcaron quienes estuvieron ausentes en la movilización del 29 de noviembre y lideraron la del 6 de diciembre.
El plan, que se pospuso todo el último año por temor a una injerencia del Ministerio de Trabajo que podría aprovechar la grieta ceteísta para meter la cola, incluye elegir autoridades antes de fin de año y luego establecer una estrategia de alianzas que incluya al triunvirato de San Cayetano, a gremios combativos, a organizaciones sociales y, eventualmente, a la otra vertiente de la CTA y a los gremios de la CGT que se distancien de la conducción de Schmid, Daer y Acuña.
«Nosotros creemos que en la movilización del 6 hay algo que tiene potencialidad», se entusiasmaron, para diferenciarla de la movilización del 29 que reunió frente al congreso a Micheli, la CTA de Yasky, la Corriente Federal y el moyanismo. La idea es potenciar el trabajo con las organizaciones sociales y con las experiencias de los gremios combativos como Aceiteros y Sipreba, recalcaron.
Ahora habrá que ver cuál es la reacción de Miicheli ante la nueva encrucijada. El de Junin, que por estas horas está abandonando la sede de Lima, había apostado a la unidad orgánica con Yasky, por lo que no sería extraño que intente llevarse su porción de la central en esa dirección, e integrarse a los comicios que también deben realizarse en Piedras antes de fin de año.