Ayer, y de manera sorpresiva, los trabajadores ferroviarios de la línea Sarmiento comenzaron un quite de colaboración en sus actividades cotidianas que afectó el servicio a lo largo del día. Con demoras de entre 40 minutos y una hora, los pasajeros se encontraron ante un cruce de versiones difícil de descifrar. Más tarde por los medios comenzaron a desfilar los implicados.
El representante gremial de los ferroviarios del Sarmiento es Ruben “Pollo” Sobrero, líder de la única seccional opositora a la conducción nacional de la Unión Ferroviaria que conduce Sergio Sasia y uno de los vértices del armado del sindicalismo opositor que llevó adelante el paro del pasado 10 de abril.
El blondo Sobrero sostuvo que la medida se desata porque los empleados del Sarmiento hace dos años y medio que reclaman el pago de una indemnización por el cambio de razón social de la empresa. Ese pedido se funda en que en situaciones similares los trabajadores del Belgrano Sur, del San Martín y del Roca la cobraron. “Si fue para ellos, tiene que ser para todos”, dice Sobrero. El monto total reclamado asciende a la friolera de 300 millones de pesos.
Como contracara el ministro del interior y transporte, Florencio Randazzo, declaró que el paro es una maniobra extorsiva del dirigente gremial y que es una locura que «reclamen una indemnización de 300 millones de pesos por haber pasado de TBA al Estado, cuando no se les tocó ni la antigüedad, ni las vacaciones ni ningún otro beneficio adquirido».
Según el ministro los montos que se abonaron a trabajadores de las líneas que señala Sobrero no fueron en materia de indemnizaciones, sino que lo hicieron en materia de gratificaciones por productividad. No hay indemnizaciones porque «Nunca estuvo en riesgo la continuidad laboral, y no hubo ni un solo despido», enfatizó.
El entredicho no quedó ahí. Randazzo apeló a las cifras y reveló que desde enero hasta el día de la fecha hubo 127 mil horas de huelga en total, por lo que considera que el boicot de los trabajadores del Sarmiento es una constante y no un hecho puntual por un reclamo.
En el pliego de reivindicaciones los empleados del Sarmiento incluyeron el pedido de una recomposición salarial del 40% en el marco de las paritarias que se están desarrollando en el sector. La batalla de fondo, entonces, se desarrolla porque los representantes de esa línea no tienen la capacidad de definir la negociación de los salarios por su condición minoritaria en el gremio. El nivel de exposición que consiguieron los representados por Sobrero con la medida de fuerza los ayuda a presionar a la dirección del sindicato que es muy cercana al gobierno nacional, y en particular a Florencio Randazzo con quien suelen compartir actos semanalmente.
Desde el Ministerio del Interior y Transporte ya comenzaron las averiguaciones por las posibles sanciones que le caben a los representados por Sobrero. Mientras tanto las charlas de mediación fracasaron y el rubio pelilargo acusa a Randazzo de trabajar en tandem con la dirección de la Unión Ferroviaria para perjudicarlo.
Hoy el quite de colaboración se repitió por lo que el servició se volvió a ver afectado. El gremialista sigue ganando minutos de exposición en su carrera por posicionar su postura sindical combativa y su partido, Izquierda Socialista, en la agenda mediática. El perjuicio mayor no se lo lleva al conducción de la Unión Ferroviaria, ni el ministro Randazzo, sino los usuarios.