El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Ojea, pidió evitar la «indiferencia» ante la ola de despidos producto del la crisis económica y el ajuste que está llevando a cabo el Gobierno nacional.
En su tradicional mensaje de Pascua, la Iglesia llamó a la «solidaridad» ante las personas que se quedan sin trabajo en medio de la delicada situación que atraviesa el país.
«Queridos hermanos y hermanas, muy felices Pascuas. Los frutos de la Pascua son la paz y la alegría que nos trae Jesús resucitado. Pero la paz, además de ser un don, es una tarea. La paz se construye. No es un producto industrial, es artesanal. Se construye con el trabajo de cada día, con la vida de cada día, la cercanía, la entrega y se construye con la solidaridad», expresó Ojea a través de un video difundido en YouTube.
En este sentido, el máximo referente de la CEA manifestó: «Cuánta falta nos hace (la solidaridad) en este tiempo de emergencia, en este tiempo de crisis, en donde cuesta tanto la vida de cada día. ¡Cuánta falta nos hace la solidaridad!» .
«Hemos recibido últimamente en la Conferencia Episcopal grupos de personas que quedan sin trabajo, gente que queda como al costado del camino. Es tremenda esta herida», subrayó el sacerdote.
En tanto, el Obispo hizo un llamado a que «no nos gane la globalización de la indiferencia» ente las personas que pierden el trabajo.
«El día que nos gane la globalización de la indiferencia, el día que se nos endurezca tanto el corazón que no tengamos sensibilidad para estos hermanos y hermanas que quedan sin trabajo, ese día, no nos podemos llamar más cristianos. Ese día vamos a decir ‘nos ocupamos solamente de nosotros mismos, los demás, ¿qué importa?’. Pidámosle al Señor esta gracia de descubrir con una imaginación nueva la caridad cristiana», sostuvo Ojea.
Además, el titular de la CEA aseguró: «Siempre la Pascua nos da una nueva creatividad para poder crecer en el amor, para poder crecer en la caridad. El Papa Benedicto nos enseñaba que la fe que es un don de Dios. La fe nos libera del aislamiento del yo y nos lleva a la comunión. Pero todo acto de fe es en sí mismo, y como tal encuentro con los hermanos. Es un acto que me lleva a ser más responsable de la vida de los demás».
«Pidámosle al Señor renovar esta fe que la necesitamos tanto. El agua nueva del bautismo refresque toda nuestra alma para poder redescubrirnos en el amor y de este modo crecer como personas y como cristianos. Muy felices Pascuas. Que Dios los bendiga», concluyó.