La intersindical de Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) se levantó ayer de la mesa de negociación en Buenos Aires, luego del cuarto intermedio, porque la intervención de la empresa, a cargo de Omar Zeidán, rechazó retrotraer los despidos.
Las autoridades de YCRT pretendían avanzar con la modificación de los convenios colectivos de trabajo sin ninguna garantía de estabilidad laboral para los trabajadores declarados “prescindibles”. Hasta el momento serían 430 trabajadores despedidos.
Ayer los trabajadores de la Cuenca Carbonífera iniciaron una vigilia y a partir de las 16 de hoy realizarán una asamblea para definir los próximos pasos a seguir.
“Querían que firmemos una adenda y nosotros les dijimos que primero teníamos que seguir con la charla de la última reunión que era la reincorporación de los compañeros. Ahí nos dijeron que no se retrotraerían ya que desde el Gobierno nacional habían determinado eso. Por eso nos levantamos. Convocamos a todos nuestros compañeros para mañana a la asamblea”, sostuvo Marcos Navarrete, secretario general adjunto de Luz y Fuerza en declaraciones a radiales.
El interventor Omar Zeidán -un hombre que responde al senador Eduardo Costa (Cambiemos Santa Cruz) nunca recibió a los trabajadores y todas las “negociaciones” fueron encaradas por segundas y terceras líneas de la empresa. Hasta el momento, como sostuvimos en ediciones anteriores desde Agencia Cadena del Sur, las autoridades de la empresa no se sientan a negociar pero en cambio hacen lo posible para garantizar el flujo de negocios comprometidos por el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, como por ejemplo la exportación de carbón a Chile.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña Braun, reconoció en el Senado de la Nación, durante su última visita a ese recinto, que el recorte presupuestario para YCRT será del 18,5 por ciento mientras que las inversiones de capital dentro de la empresa serán de cero pesos. Esto ratifica la política de despidos que afecta a toda la población de la Cuenca (Río Turbio, 28 de Noviembre) y podría ser la antesala para una nueva privatización de la compañía, tal cual ocurrió en la década de 1990 a manos de Sergio Taselli.