La desocupación juvenil en el mundo sigue en niveles superiores a los guarismos registrados antes de la crisis desatada en 2008, pese a haberse estabilizado el año pasado en el 13 por ciento, equivalente a unos 73,3 millones de jóvenes, informó la Organización Mundial del Trabajo (OIT), que recomendó priorizar las iniciativas en esta área para que sean rentables las inversiones destinadas a recuperar el crecimiento económico.
El informe “Tendencias mundiales del empleo juvenil 2015”, difundido esta tarde en la sede de la entidad en Ginebra, indicó que tras un período de rápido crecimiento de la tasa de desempleo juvenil entre 2007 y 2010, el indicador se estabilizó en 13 por ciento, con 73,3 millones de jóvenes desempleados, es decir 3,3 millones menos que los 76,6 millones registrados en 2009, el punto más álgido de la crisis global.
No obstante, el organismo tripartito multilateral alertó que el índice está aún “muy por encima” del nivel previo a la crisis de 11,7 por ciento, y que “permanece obstinadamente alta a pesar del descenso del número de jóvenes desempleados”, a la vez que estimó que en 2015 el indicador subirá levemente a 13,1 por ciento.
En comparación con 2012, la tasa de desempleo juvenil disminuyó en 1,4 puntos porcentuales en las economías desarrolladas y en la Unión Europea, y medio punto porcentual o menos en los países de Europa Central y Sudoriental, en América Latina y el Caribe y África Subsahariana.
Las demás regiones (Asia Sudoriental y el Pacífico, el Oriente Medio y África del Norte) registraron entre 2012 y 2014 ya sea un incremento de la tasa de desempleo juvenil o ningún cambio, como fue el caso de Asia Meridional.
“Es alentador observar una mejora en las tendencias del empleo juvenil en relación a las tendencias 2013”, declaró Sara Elder, la principal autora del informe, quien, sin embargo, llamó a “no perder de vista el hecho de que la recuperación no es universal y que alrededor de 43 por ciento de los jóvenes de la población activa del mundo no tiene empleo o son trabajadores que viven en la pobreza”.
La investigación detectó, por otra parte, que la participación mundial de los jóvenes en la fuerza laboral, bien sea como empleados o como desempleados, “está disminuyendo a lo largo del tiempo”, e identificó como uno de los motivos un número mayor de jóvenes que está estudiando, aunque advirtió que en los países de bajos ingresos “millones de jóvenes siguen abandonando la escuela para aceptar empleos cuando son demasiado jóvenes”.
También relevó “una persistente desigualdad de género, con las tasas de participación de las mujeres jóvenes en el mercado laboral significativamente más bajas que las de los hombres jóvenes en la mayoría de las regiones”.
“En las economías desarrolladas, un número mayor de jóvenes encuentran empleo, pero la calidad de los trabajos es inferior a sus expectativas, y un número demasiado alto sigue confinado en el desempleo de larga duración. En la Unión Europea, más de uno de cada tres jóvenes desempleados ha estado buscando trabajo durante más de un año”, sostuvo el informe.
En tanto, pondero que “las economías en desarrollo siguen asediadas por el subempleo estructural, el empleo informal y los trabajadores pobres”, problema que afecta a 169 millones de trabajadores jóvenes en el mundo -uno de cada tres-, cantidad que llega a 286 millones si se incluyen los que viven cerca del umbral de la pobreza.
“Para recoger los frutos de las inversiones públicas y privadas y de otras medidas dirigidas a restablecer el crecimiento económico, es necesario combinar iniciativas que den prioridad a la creación de empleos y aborden las desventajas particulares que los jóvenes enfrentan”, recomendó la OIT en su informe, al abordar las posibles políticas para revertir el escenario.
“La rápida evolución de las tecnologías, de las formas de trabajo y de las relaciones de empleo, así como los nuevos tipos de creación de nuevas empresas, requieren una adaptación constante a las nuevas condiciones del mercado laboral y hacer frente al desajuste de competencias”, precisó.
“Sabemos que hoy día la transición de los jóvenes hacia el mercado laboral no es fácil y, con la persistencia de la desaceleración económica mundial, es probable que esta situación continúe. Pero también sabemos que invertir más en acciones dirigidas a impulsar el empleo juvenil da resultados. Es hora de acelerar la acción para apoyar el empleo juvenil”, declaró Azita Berar Awad, directora del Departamento de Política de Empleo de la OIT.
Al respecto, el informe postuló la necesidad de “invertir en educación y formación de la mejor calidad posible, proporcionando las competencias que corresponden a las exigencias del mercado laboral”, así como de proporcionar “acceso a la seguridad social y servicios básicos, independientemente del tipo de contrato, y garantizar la igualdad de condiciones de manera que todos los jóvenes que buscan trabajo puedan encontrar un empleo productivo sin importar su género, nivel de ingresos o procedencia socioeconómica”.