El futuro de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) de la localidad neuquina de Arroyito continúa siendo un interrogante. La firma estatal interrumpió su producción en mayo del año pasado debido a una parada técnica e inicialmente se había prometido que arrancaría en agosto, pero eso no ocurrió porque siguen sin firmarse los contratos con China para avanzar con Atucha III y porque la demanda de agua pesada por parte de las otras tres centrales está interrumpida en un contexto de desfinanciamiento generalizado del sector nuclear.
Desde marzo los trabajadores de PIAP cobran su sueldo de forma intermitente. Ahora la propia gestión de la firma emitió una circular en la que le informa a su personal «que no hay una fecha cierta de ingreso de fondos destinados al pago de los sueldos de julio».
PIAP es controlada por la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI), una sociedad entre la provincia de Neuquén (51 por ciento) y la Comisión Nacional de Energía Atómica (49 por ciento). Allí se produce el agua pesada que modera y refrigera la reacción nuclear en centrales atómicas que utilizan uranio natural.
Desde hace meses los operarios denuncian que hay indicios de que Nación quiere privatizar la PIAP, lo que explicaría el estado de abandono en el que se encuentra.