La cooperativa Fibranor se sumó este fin de semana a la lista de fábricas textiles y metalúrgicas que cerraron sus puertas en el Chaco en lo que va de 2016, en medio de la caída de la demanda por la recesión económica y la apertura de importaciones que golpea fuerte a la industria.
Si bien en este caso no se trata de un cierre definitivo, las autoridades de la cooperativa ubicada en la localidad de Fontana y que emplea a unas 70 personas anunciaron que bajaron las persianas por tiempo indeterminado, porque no existen previsiones de mejora para la actividad.
Los textiles importados inundan desde principio de año las tiendas y desplazan producción local y pese a que en los últimos meses el Gobierno buscó revertir esa situación, el daño ya estaba hecho y se multiplican las suspensiones y despidos.
Una crítica situación también atraviesa el Parque Industrial de Sáenz Peña, la segunda ciudad del Chaco, donde ya cerraron empresas como la metalúrgica Yarros y la fábrica de piscinas Igüi, lo cual generó la pérdida de decenas de empleos.
La firma internacional Igüi se había instalado en Sáenz Peña en enero de 2012 con una inversión de más de 18 millones de pesos y la contratación de 25 chaqueños, con un fuerte impacto en cuanto a empleos indirectos, principalmente, en el sector del transporte de cargas.
Ahora, el cese de Fibranor con sede en la localidad de Fontana, a unos 7 kilómetros de Resistencia, es el paso previo al cierre definitivo, que será decidido en las próximas semanas en una asamblea por parte de los 70 trabajadores.
Fibranor cerró por registrar sobrestock y ante la imposibilidad de adquirir materia prima (algodón): sus responsables dijeron que no es la primera vez que atraviesan una crisis, pero sí es la primera en la que no avizoran una salida.
Este caso se sumó al de la empresa textil TN Platex, que días atrás resolvió cerrar su planta de la ciudad chaqueña de Puerto Tirol ante la imposibilidad de enfrentar la actual reducción de ventas, con lo que dejó a 166 trabajadores sin empleo.