La recuperación del empleo en Latinoamérica fue lenta, incompleta y desigual, pese a que los principales indicadores laborales registraron mejoras, según un informe conjunto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En el trabajo dado a conocer hoy, los organismos de las Naciones Unidas analizaron la crisis causada por la pandemia de Covid-19 en los mercados laborales de la región durante 2021 y destacaron la evolución de los salarios reales, en un contexto en que las economías de la región crecieron 6,6%.
El informe «Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe. Los salarios reales durante la pandemia: evolución y desafíos» resaltó el crecimiento del empleo y la tasa de participación laboral, y el descenso de la desocupación, pero advierte que «la recuperación del empleo en Latinoamérica ha sido lenta, incompleta y desigual».
Los organismos destacaron el retraso de la recuperación de los niveles de empleo anteriores a la pandemia en comparación con la recuperación de la actividad económica.
Como en otras crisis, la dinámica entre el empleo y la actividad económica desempeña un papel fundamental a la hora de implementar mejores y más oportunas políticas laborales, por lo que los posibles rezagos del empleo sugieren la necesidad de facilitar la reincorporación de las personas al mercado laboral, señala el documento.
Según el informe, después de la histórica contracción que registró el número de ocupados en la región durante 2020 (8,2%), en 2021 se produjo una importante recuperación de ese indicador, de 6,8% entre el cuarto trimestre del año y el mismo período de 2020.
Sin embargo, sólo a partir del cuarto trimestre de 2021 el número de ocupados en la región alcanzó el nivel registrado al cierre de 2019.
Por otro lado, las brechas laborales entre hombres y mujeres se profundizaron en 2021: Para la OIT y la Cepal, la recuperación de los mercados laborales también fue desigual, en perjuicio de las mujeres; así, el empleo femenino registró un retroceso equivalente a más de 18 años.
La lenta recuperación de las actividades que concentran el empleo femenino y el mayor peso que recae sobre las mujeres en las tareas de cuidado de enfermos, niños y personas mayores contribuyen a explicar esta marcada diferencia en la dinámica de la tasa global de participación.
Además, el informe plantea que la crisis sanitaria tuvo efectos importantes en la evolución de los salarios en la región: por la inflación, la capacidad de compra de los salarios mínimos reales disminuyó; y los salarios reales promedio de la región estuvieron 6,8% por debajo de los niveles anteriores a la pandemia.
“Se vuelve fundamental la activación de instrumentos institucionalizados, como la negociación colectiva y la determinación de los salarios mínimos”, señalaron Mario Cimoli, secretario ejecutivo interino de la Cepal, y Claudia Coenjaerts, directora regional interina de la OIT para América latina y el Caribe, en el prólogo del documento.
Agregaron que las políticas que faciliten la inserción de las personas asalariadas orientadas a los grupos más vulnerables no sólo contribuirán a la recuperación más acelerada de la ocupación de estos colectivos, sino que además favorecerán condiciones salariales que no impliquen una precarización.
Para 2022 se espera una desaceleración del ritmo de creación de empleo, al mismo tiempo que se prevé que los avances en el proceso de vacunación, las menores restricciones a la movilidad y la reapertura de las escuelas impulsarán una recuperación de los niveles de participación, en especial de la femenina.
Pero, la acción conjunta de una mayor participación laboral y un bajo ritmo de creación de empleos podría impulsar un alza de la tasa de desocupación durante el año.
Para los organismos, es clave la posibilidad de realizar ajustes nominales de los salarios mínimos que compensen las pérdidas provocadas por el aumento de la inflación.