A pesar de que la justicia había ordenado suspender la asamblea de afiliados que tenía que elegir la junta electoral que controlará los comicios, de que el gremio la realizó desconociendo el fallo en un predio clausurado y de que más tarde la movió a Tierra Santa, fuera del lugar en el que había sido convocada, el Ministerio de Trabajo mantuvo su aprobación a lo actuado por Armando Cavalieri.
Al líder mercantil, de estrecho vínculo con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, además le detectaron un padrón con 6 mil muertos, lo investigan por robar datos de la Anses y sus vínculos con la barra de Boca. Pero nada de eso parece mover el amperímetro del apoyo oficial.
La razón la contó en la última asamblea de memoria y balance el propio Cavalieri. Es que ante un conjunto de dirigentes que debía aprobar lo actuado contó una anécdota reveladora.
«Los otros días me llama Macri a mi casa», cuenta. «Me dice: Armando no pueden ustedes negarse a la reforma previsional. No da para más la Argentina, no nos prestan más si seguimos así. Tenemos que hacer la reforma si o si», agrega el octogenario líder mercantil.
Y prosigue: «Mirá Mauricio, yo te puedo acompañar en la reforma laboral porque le hicimos muchas correcciones», se sincera.
«Yo te puedo acompañar en la reforma laboral porque le hicimos muchas correcciones». Cavalieri en diciembre en la asamblea de memoria y balance. En fin… pic.twitter.com/9XXkFVYVBs
— jorge duarte (@ludistas) 24 de julio de 2018
Ese respaldo a la reforma laboral, que todavía se posa amenazante en el Senado, es el que el Gobierno quiere garantizarse con el apoyo a la cruzada de Cavalieri por conseguir su novena reelección.
En un clima de conflictividad social en aumento, en el que buena parte del movimiento obrero ya levantó la voz para rechazar una reforma de la legislación laboral, mientras el FMI insiste con su aprobación, una alianza con el sindicato más numeroso del país no es nada despreciable para Macri.
La continuidad de Cavalieri de 84 años, quien ostenta el sillón de secretario General del Sindicato de Empleados de Comercio desde 1986, se convirtió, entonces, en un objetivo estratégico de Cambiemos. Allí el oficialismo parece haber bajado sus banderas y proyectos para limitar a las reelecciones en los gremios, y haber abrazado el sueño de Cavalieri eterno.