La corrida cambiaria impactó fuerte en el mercado de trabajo: las empresas contratan personal al nivel de la última gran crisis. Así se desprende de los datos del Sistema Integrado de Previsión Social (SIPA) que informa el ex Ministerio de Trabajo con dos meses de demora.
Puntualmente, en la primera mitad del año se perdieron más de 106 mil puestos de trabajo. En junio pasado, último relevado, la diferencia entre altas registradas en la AFIP y las bajas arrojó que en total se perdieron 13.500 empleos formales.
Al analizar solamente las altas, el economista Pablo Neira destacó que con un tasa de entrada de 1,67 puestos de trabajo formales en el sector privado (media móvil entre mayo y julio) por cada cien empleos en blanco, la cantidad de contrataciones se redujo a niveles que no se observaban desde fines de 2002.
Al incorporar al análisis la evolución de los despidos, la tasa de entrada neta pasa ser negativa y describe que entre mayo y julio por cada cien empleos en blanco se perdían 0,19 puestos de trabajo en el sector privado formal. «El ritmo de destrucción del empleo formal sólo es igualado por 2016, 2012, 2008-09 (crisis internacional) y 2001-02», explicó el economista al portal IProfesional.
Puntualmente los datos de julio mostraban la mayor tasa de despidos para este mes desde 2016, también superior a los registros de igual mes de 2014 y 2015.
«La tasa de despidos (que incluye las desvinculaciones de personal por despidos sin causa, fin de período de prueba y finalización de obras) en julio de 2018 fue de 0,6%. Esta proporción se encuentra dentro de los parámetros relevados en los últimos cuatro años. En julio de 2018, del total de empresas que aplicaron suspensiones (6,2%), un 6,5% lo hizo por caída de la demanda», explicó la última Encuesta de Indicadores Laborales.