El secretariado nacional de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) que encabeza Antonio Caló, resolvió dejar en «libertad de acción» a sus afiliados en relación al paro del próximo martes 31, para que implementen «las acciones y medidas que consideren convenientes para dar adecuada respuesta al legítimo reclamo» por la modificación de ganancias».
Los metalúrgicos fundamentaron su decisión en una solicitada que publicaron en un matutino porteño donde remarcaron que no pueden «ser indiferentes al hecho que la actual escala del mínimo no imponible y la consecuente afectación y deterioro del salario por el impuesto a las ganancias, afecta fuertemente la economía de loscompañeros».
En ese marco, la UOM indicó que los metalúrgicos han «dado reiteradas muestras de nuestro espíritu solidario y del consecuente apoyo y reconocimiento a todas las leyes y acciones que en más de una década, han mejorado nuestra calidad de vida».
La CGT oficialista, que conduce el metalúrgico Caló, protagonizó un duro debate interno respecto de qué actitud tomar ante los reclamos por la modificación del Impuesto a las Ganancias que motivaron la convocatoria de la huelga, por parte del sindicalismo opositor. La conducción de esa central obrera sesionó ayer durante dos horas y media en el Sindicato de Peones de Taxis (SPT) de Omar Viviani. Finalmente se decidió «no adherir» a la medida de fuerza convocada por los gremios del transporte y la decisión fue respaldada por «los dirigentes presentes».
Por su parte, el titular de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Roberto Fernández, denunció presiones del gobierno para «desactivar el paro» nacional del martes próximo, mientras que desde el Ejecutivo calificaron de «capricho» a la medida e instaron a los gremios que «recapaciten», ya que no es el «mejor camino».