Al término de un plenario de secretarios generales de seccionales de la UOM de todo el país, realizado este mediodía en la delegación de Villa Lugano, los dirigentes le manifestaron al secretariado nacional metalúrgico «la honda preocupación que existe por los despidos y suspensiones».
En declaraciones a Télam, el titular de la UOM, Antonio Caló, precisó que «en los últimos tres meses se ha agravado la situación de acuerdo a los informes que nos suministran los secretarios generales de las distintas seccionales».
El gremialista, ante la consulta sobre los despidos, manifestó que «entre diciembre y enero fueron despedidos más de 1.100 compañeros y hubo 740 suspendidos y, a eso, hay que sumarle el cierre de BGH en Tucumán, que dejó sin empleo a los últimos 50 compañeros».
También hizo referencia al centenar de despidos de Indequil (Industrias de Quilmes), y los 130 de Epson en territorio porteño, a raíz de la quita de aranceles como ocurrió con la firma Banghó».
Consultado sobre si la UOM tomará medidas de fuerza ante la difícil situación, Caló, junto al secretario de prensa, Emiliano Gallo, coincidieron en reclamar frente a las autoridades del Ministerio de Producción «la adopción de medidas para solucionar el flagelo».
Caló sostuvo que «la UOM tomará las medidas que hagan falta para proteger las fuentes laborales y no descartó «la realización de una gran movilización de los metalúrgicos, porque los compañeros aducen que las empresas están trayendo productos extranjeros».
«Así que tenemos que intermediar frente al gobierno nacional para ver cómo podemos hacer para frenar las importaciones de productos que se fabrican en el país», añadió.
Acerca de la marcha de las paritarias, ya que se termina el convenio vigente antes de fin de marzo, el dirigente indicó que «a nosotros el 15 por ciento no nos sirve, y pretendemos tener como sueldo lo que cuesta la canasta familiar, que hoy ronda los 17.000 pesos».