Como cada año, los sindicatos de mayor envergadura preparan las negociaciones para el pago de un bono de fin de año, que permita aumentar el consumo de sus trabajadores durante las fiestas. En ese sentido representantes de la Unión Obrero Metalúrgica (UOM), que conduce el líder de la CGT oficialista, Antonio Caló, confirmaron que ya elevaron el pedido.
Lo reclamado por los metalúrgicos consiste en un plus, aunque advirtieron que el pedido se realizará por empresa y no para toda la actividad. Por eso el monto solicitado va desde los tres mil pesos a los mil de acuerdo a la realidad económica de la firma.
«Hay empresas que están en condiciones de afrontar un bono porque están produciendo de manera normal, otras podrán pagar la mitad y las más afectadas por el parate económico seguramente no podrán dar nada», afirmaron voceros de la UOM al diario El Cronista.
Para no intensificar los problemas no se tensará la relación con las firmas más afectadas por la recesión y la caída de la demanda desde Brasil y local. En esos casos la máxima prioridad es evitar los despidos.
La estrategia gremial fue decidida el jueves pasado en una reunión con el secretariado nacional de los metalúrgicos.
La entidad de Caló se sumó así al pelotón de organizaciones que ya anunciaron el pedido de un bono a través de sus interlocutores, como los dirigentes de la CGT y CTA opositoras, Hugo Moyano y Pablo Micheli. Incluso, esta posición también la defendió el jefe de CTA aliada al oficialismo, Hugo Yasky.
Si bien el reclamo de un plus para las fiestas se convirtió en una tradición durante el kirchnerismo, este año el pedido llega como un paliativo salarial antes que un refuerzo, luego de que los incrementos paritarios quedaron por debajo de la inflación y el Gobierno no actualizó el piso no imponible del impuesto a las ganancias.