El mandato del interventor de la UTA Córdoba, el santafesino Luis Arcando, estaría llegando a su final. Es que todo indica que en octubre se realizarán las tan esperadas elecciones en la provincia mediterránea y los afiliados podrán elegir nuevamente su conducción.
Sin embargo no todas son buenas noticias. Es que para ese momento, el gremio está preparando el golpe definitivo a los cuerpos de delegados que encabezaron la huelga de 9 días el año pasado y hasta prevé la expulsión de algunos de los trabajadores más representativos.
La idea de la estructura gremial, que avaló despidos, suspensiones y expulsiones de empleados luego de aquella huelga a la que aportó para que declaren ilegal, es conseguir una conducción cercana a los de Roberto Fernandez y al Gobierno. Es decir, convalidar con las urnas la política que hasta ahora llevó adelante Armando sin respaldo.
Según pudo saber InfoGremiales, Arcando estaría preparando una asamblea para expulsar a algunos de los delegados que todavía figuran en los padrones, para terminar de obturar cualquier armado de una lista de oposición.
En las últimas horas Marcelo Marín, uno de los delegados más referenciados con el conflicto de 2017, ya anunció su intención de presentar una nómina en los próximos comicios. Esa idea encendió las alarmas en el entorno de Arcando, por lo que pusieron en marcha su plan de expulsión.
En paralelo, las empresas llevan adelante, con la complicidad de la conducción del gremio, un fuerte ajuste. Distintas fuentes consultadas relataron que son más de 100 los trabajadores que perdieron su empleo en los últimos meses. Algunos fueron despedidos y otros, bajo presión, se incorporaron a diferentes planes de retiros voluntarios.