El 2 de julio pasado, Lidia Fagale, secretaria general de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA) se reunió con los “nuevos» delegados surgidos de las elecciones digitadas por el Grupo Olmos, luego de que dejarán afuera de la nueva planta a toda la comisión interna. El objetivo de la UTPBA es ratificar las elecciones y darles el aval legal para «normalizar» la situación».
Los nuevos «delegados» fueron electos el 18 de junio pasado en la nueva redacción de Crónica y BAE, a donde no dejan ingresar a los delegados legítimamente electos y a 120 trabajadores que son “marcados” por su participación en la vida gremial.
Según relató la agrupación de trabajadores de Prensa «La Naranja», «las elecciones fueron resistidas por los trabajadores de Aconcagua S.A. en tres ocasiones, hasta que en la última asamblea, se hizo presente Alejandro Olmos (uno de los dueños del Grupo Crónica) llamando a votar junta electoral para cerrar el conflicto”.
Entre que se realizaron las elecciones y esta decisión de la UTPBA no hubo declaraciones públicas del gremio al respecto.
La sucesión de hecho, narrada por la Agrupación Naranja es la siguiente:
El 16 de junio, las comisiones internas de BAE y Crónica mantuvieron una reunión con Raúl Barr, miembro de la conducción de la UTPBA y dirigente de la UCR, donde se comprometió a que la UTPBA no iba a avalar los comicios maniatados por la patronal.
Fagale nunca respondió a los pedidos de reunión de ambas comisiones internas.
El 18 de junio, día en que se hacían las elecciones en Aconcagua, Jorge Muracciole, secretario gremial de la UTPBA, dejó asentado en actas en el Ministerio de Trabajo que «la UTPBA no convocó a ninguna elección de Comisión Interna de trabajadores de prensa de la empresa Aconcagua».
En las elecciones, el 45% del padrón no votó, votó en blanco o impugnó su voto en rechazo a la intromisión patronal en la vida gremial.
Ahora aparece Fagale avalando las elecciones truchas impulsadas por Olmos. Con esto la UTPBA plantea un ataque a los trabajadores de BAE y Crónica. Le dan el aval a una representación gremial ungida por una patronal que desconoce la representación legítimamente electa por los trabajadores de esos diarios y le impide el ingreso a la nueva redacción.
Este nuevo hecho se suma a la cantidad de problemas que viene teniendo el gremio de prensa en los últimos años. Mandatos vencidos, elecciones pospuestas por la justicia por fraude electoral, paritarias sin representación de las comisiones internas y redacciones en constante conflicto y sin un paraguas gremial que los ampare.