La Ciudad de Buenos Aires refleja la desigualdad que sufre la Argentina, donde más del 40 por ciento de la población es pobre por ingresos. Un norte próspero y un Sur muy pobre.
Los ingresos de la población en la zona Norte de la Ciudad son 93,5% superiores a los de la zona Sur, según los datos del cuarto trimestre de 2023 elaborados por la Dirección de Estadística y Censos porteña.
A su vez, durante el año pasado los hogares de la zona Sur tuvieron una caída de ingresos en relación con la inflación superior a los de la zona Norte, a la vez que se acentuó la desigualdad.
Se estima que por la mayor inflación de los primeros meses de 2024 este deterioro se acentuó.
Esta brecha solo considera los ingresos totales laborales y no laborales, como las ayudas sociales.
No toma en cuenta, por ejemplo, las condiciones de vivienda, la cercanía a zonas inundables, como está pasando en la actualidad.
Los barrios incluidos en la zona Sur son La Boca, Barracas, Nueva Pompeya, Villa Riachuelo, Villa Soldati, Villa Lugano y Mataderos.
Hacia el Norte se ubican, entre otros, Palermo, Belgrano, Recoleta y Villa Urquiza.
La zona Centro incluye, por ejemplo, a Caballito, Almagro y Balvanera.
El ingreso total familiar promedio se ubicó en $565.633, lo que representó una suba del 159,2% con respecto al mismo período del año anterior, 10,2 puntos por debajo de la correspondiente al IPCBA.
«Sobre valores significativamente más bajos, los hogares residentes en el Sur de la Ciudad tuvieron un alza interanual del 155,5% (salario de ($452.138), por debajo de los del Norte, cuyo incremento fue del 174% (a $700.291). En el Centro, el ingreso total familiar subió 154,3%», dice el informe.
El ingreso per cápita familiar de los hogares promedió $298.006, un 165,2% por encima del registrado en el mismo trimestre de 2022.
En los hogares del Norte de la Ciudad este ingreso se ubicó en $428.907, en tanto que en el Centro fue de $281.587 y en el Sur de $190.916.
«Los hogares del Norte, además de contar con mejores ingresos individuales, tienen menos integrantes en promedio, por lo que presentan un ingreso per cápita familiar más alto, que equivale a más de dos veces el del Sur», indicó.
El 30% de los hogares de menores ingresos per cápita concentran el 38,5% de las personas, pero sólo el 12,9% de la suma de ingresos. Al mismo tiempo, los que se ubican en el 30% superior involucran al 23% de los residentes y más de la mitad de la masa de ingresos (53,1%).
El 10% de los ocupados con menores ingresos percibió menos de $80.000 en su ocupación principal. En contraste, el 10% de quienes tienen mejores ingresos, superó los $700.000. En promedio, el último decil ganó 23 veces más que el primero. Distribución del ingreso: hay un deterioro en las mediciones tanto sobre las personas como sobre los hogares.
El coeficiente de Gini del ingreso total familiar se ubicó en 0,427 (por arriba del mismo período del año anterior, cuando era de 0,399, cuanto más alto más desigualdad).
Para la población, el ingreso per cápita familiar se incrementó a 0,446 (desde 0,411 un año antes). Algo similar ocurrió para la población ocupada, para la que el Gini por ingresos de la ocupación principal fue de 0,425, por arriba del correspondiente al mismo período de 2022, cuando se ubicó en 0,388.
El coeficiente Gini de los ingresos es una medida de la desigualdad en la distribución del ingreso. Si el coeficiente aumenta empeora la distribución del ingreso y si baja disminuye la desigualdad.