Las estaciones de servicio se sumaron al pedido de flexibilización laboral de la UIA. Ya intentaron implentar el autoservicio pero el gremio se plantó. Acuña se podría convertir en un caso testigo de la batalla que viene.
La Confederación de Entidades del Comercio de los Hidrocarburos (Cecha) se sumó al reclamo elevado por la Unión Industrial (UIA) a Alberto Fernández, en el que piden una flexibilización laboral para poder sostener las empresas que contienen. Desde el Sindicato de Obreros de Estaciones de Servicio, Garages, Playas de Estacionamiento y Lavaderos Automáticos afirmaron que van a arremeter contra cualquier intento de avanzar sobre los derechos laborales, según consignó la web Surtidores.
El abogado del sindicato, Enrique Rodríguez expresó al mismo medio que “el sindicato está dispuesto a dialogar todo lo que esté relacionado con la productividad y alcanzar mayor efectividad, pero de ninguna manera, en contra de lo que marca la ley de contratos de trabajo en sus bases fundacionales”.
Rodríguez argumentó que «la cantidad de ventas de combustibles se incrementó hasta los niveles normales, lo que estabilizó los negocios». La venta de hidrocarburos en las estaciones de servicio se vio afectada durante la pandemia en todo el mundo pero con los aumentos de precios y el aumento de la circulación hay claros signos de recuperación.
En ese sentido, el abogado del sindicato aseguró que “los constantes aumentos de precios en el surtidor, acrecentaron la renta de los dueños de expendedoras de manera muy significativa, por lo cual queda en claro que las Estaciones de Servicio están en mejores condiciones que antes y también tienen mejores ganancias que otro tipo de actividades”.
Por otra parte, “cualquier reforma laboral se realiza a través de la ley en el Congreso con el consenso de la CGT y los representantes obreros, pero todo cambio debe ser orientado a mejorar la calidad del trabajador”, recordó Rodríguez.
La reforma laboral de flexibilización que no pudo hacerse realidad durante el macrismo, diversos sectores empresarios buscan imponerlas de facto en connivencia con los sindicatos que acepten. En ese sentido, Carlos Acuña tiene en sus manos una batalla para defender los puestos de trabajo de su sector.