(Por Pablo Maradei) La división política tiene su réplica en el sindicalismo y en particular en la CGT. El hecho no es nuevo aunque recrudece día a día. Cada sector sindical le habla a su tribu y no hay nadie que tienda puentes como ocurre en otros campos. Juntos por el Cambio y el Frente de Todos se suben al ring a diario por cualquier tema.
El documento de la CGT emitido en paralelo a la marcha al Congreso del 17 de agosto iba en ese sentido anti conflicto: exhortaba a la clase política a buscar puntos de encuentro consensuando cinco políticas públicas que permitan sacar el país adelante. Lamentablemente esas palabras quedaron como diario enmohecido. Hablaban de «grandeza política», «consensos amplios», «previsibilidad» y «confianza mutua».
El documento fue firmado por el triunvirato, pero Pablo Moyano montó un escenario a solas como anticipó InfoGremiales; y por supuesto le habló a su tribu desde ahí. Los otros sectores marcharon al Congreso y dialogaron con la prensa. Que escuche quien quiera escuchar.
Nuevamente las diferencias quedaron blanco sobre negro con el atentado a Cristina Kirchner: lo que promovían Sergio Palazzo, Walter Correa y Pablo Moyano; de encarar un paro y movilización repudiando el hecho no prosperó. Ni siquiera la aventura escaló a nivel de zócalo: se desechó la acción gremial sin ni siquiera someterlo a debate por el Consejo Directivo el pasado lunes. Como contó InfoGremiales, el bancario Palazzo se salió del grupo de WhatsApp.
La mayoría del arco sindical, y a la luz del hechos, no asumió el concepto discursivo de que todo el peronismo estaba perseguido por el ataque a CFK. Lo definió un dirigente con varias décadas de rodaje en la arena política: «Todo lo que sea discurso de unidad es unidad para Cristina«. Varios de los dirigentes consultados enrolados en los sectores más ortodoxos, en estricto OFF, aseguraron que «la democracia no está en peligro porque eso es de otra época».
Observadores del mundo sindical lo plasmaron con crudeza como suelen hacer: «Encarar un paro y una movilización a la Corte sumado al ataque a periodistas es una jugada que solo le reditúa a Cristina; a nosotros no nos aporta nada«.
Otro abrió el radar más allá de Cristina: «Se aborta la idea del paro y movilización porque los ultra K querían ir a la Corte. La estrategia de La Cámpora era la búsqueda de voltear la Corte que coincide con sus necesidades. Ahora, mirando al arco sindical, ¿Quién promueve la caída de la Corte? Moyano. Dos más dos es cuatro».
Acaso con el fracaso ya puesto un dirigente pro-paro señaló a InfoGremiales: «Más allá de que ya sabíamos de antemano que no iba a prosperar, tampoco era el momento para seguir convulsionando la situación; tal vez habría que sostenerlo, pero para más adelante».
Tras la idea de sumar a todo el pan-peronismo atrás de CFK bajo la consigna de proscripción ahora el Gobierno ensaya la convocatoria a una misa en Luján para «reencauzar la convivencia». Es decir suman a la Iglesia; otra pata del poder de muy buenos vínculos con la dirigencia sindical tradicional. ¿Irán? Tres referentes importantes de los sectores tradicionales ya confiaron a este medio que no asistirán.
A su vez, InfoGremiales ya confirmó lo obvio: que Hugo Yasky, Hugo Godoy; ambos de la CTAs; junto a Walter Correa, Vanesa Siley y Sergio Palazzo asistirán a la Basílica de Luján. Desde el entorno de Pablo Moyano no confirmaron su presencia.