Las importaciones empiezan a hacer estragos en el mercado laboral. Según un relevamiento realizado por CAME a más de 300 industrias pequeñas y medianas del país, el 79% asegura que la apertura de las importaciones representa una amenaza para su empresa, mientras que el 49,5% dice que en el último trimestre se han visto claramente perjudicados, perdiendo ventas en manos de los productos importados.
Favorecida por un tipo de cambio que quedó planchado frente al incremento que tuvieron los costos de producción locales, la importación vuelve a ser conveniente. Y si bien la apertura de los últimos meses facilita la compra de insumos, piezas y maquinarias que no se fabrican en el país, perjudica a la mayoría de las industrias locales, que se ven complicadas para competir en precios con esos productos y son desplazadas del mercado en un contexto de fuerte caída de ventas
Según los datos del INDEC, las importaciones cayeron 5% en el primer cuatrimestre del año frente a igual período del año pasado. Pero cuando se las analiza desagregadamente, las importaciones de bienes de consumo, que son las que más afectan a la industria local, crecieron 6% en ese periodo, de US$ 2.104 millones a US$ 2.229 millones.
Una situación más delicada la tiene el rubro de vehículos automotores de pasajeros, por ejemplo, donde las importaciones crecieron 46% en los primeros cuatro meses del año. Es que esos aumentos ocurren en un contexto donde las ventas se han desplomado en muchas industrias y sectores.
Como contrapartida, un 17% de las industrias se están viendo favorecidas por la apertura de importaciones ya que les permite conseguir materia prima a mejor precio, insumos que no se fabrican en el país, e importar equipos, partes y piezas necesarias para el proceso industrial.
En paralelo con el declive de las Pymes, miles de empleos están en riesgo. Sucede que una porción importante del mercado laboral argentino dependen de la supervivencia de la producción nacional.