El encuentro en el CCK inspirado en la cumbre de Davos, dejó una huella peligrosa para el mercado laboral. Es que los ejecutivos de las multinacionales, si bien elogiaron a Mauricio Macri, le plantean sus exigencias para invertir. Y la principal, que ha dominado las jornadas del Mini Davos, es la reforma para flexibilizar el mercado laboral.
Argentina tiene los mejores salarios de Latinoamérica y los sindicatos más fuertes y hasta ahora ha resistido los intentos flexibilizadores, incluso en pleno auge del neoliberalismo en la década de los 90s.
El mensaje llegado desde las multinacionales quedó claro para el Gobierno, si quieren inversión “tienen que flexibilizar el mercado laboral”, resumió Bob Dudley, el consejero delegado de la petrolera británica BP, al diario El País de España.
Otra empresa clave por su enorme presencia en Argentina es Carrefour, que tiene 20.000 empleados en este país. Su director de desarrollo, Francis Mauger, no solo puso el acento en la flexibilidad laboral sino que también pidió que se bajen las cargas sociales. La mano de obra Argentina está muy bien preparada, en Carrefour tenemos más argentinos trabajando afuera que franceses en Argentina. Pero hay que disminuir las cargas sociales”, presionó Mauger.
Los indicios del CCK son claros para un gobierno desesperado por captar inversiones. Veremos si atiende los reclamos y se lanza a la confrontación con los sindicatos, sumamente reticentes a aceptar esas viejas fórmulas, o busca salidas intermedias como las que ya trazó con la Ley de Empleo Joven.