Los cinco dirigentes de la seccional Comodoro Rivadavia de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) que se encontraban detenidos por estar presuntamente involucrados en los incidentes ocurridos en la provincia de Santa Cruz que provocaron la muerte de un delegado gremial en Neuquén, recuperaron la libertad por decisión judicial. Las liberaciones se ordenaron luego de la apelación de los abogados de los acusados ante el Juzgado de Recursos de la ciudad santacruceña de Río Gallegos, subrogado por María Florencia González.
El secretario general de la delegación Comodoro Rivadavia de la UOCRA, Raúl Silva, y otros cuatro referentes del gremio abandonaron este fin de semana los calabozos de las dos comisarías de la localidad santacruceña de Comandante Luis Piedra Buena.
El juez de instrucción de Puerto San Julián, Ludovico Pío Pala, emitió oficios a los jefes de las dependencias policiales ordenando la libertad de todo el grupo por «falta de mérito» por el delito de «homicidio en ocasión se riña» que se les imputó a partir de los incidentes que se produjeron el 17 de junio.
Aquel día, en Comandante Luis Piedra Buena hubo una pelea entre facciones de la UOCRA en la que el delegado de la Seccional Neuquén, Sebastián Peña, de 38 años, resultó gravemente herido.
Cuatro días después, Peña falleció en un hospital de Río Gallegos a raíz de las severas lesiones que sufrió. Silva fue uno de los promeros en abandonar la prisión y además recuperaron la libertad su hermano, Gustavo «Huevo» Silva, Jorge «Chancho» Lepe Vera, Miguel Angel Baeza y Armando Iván Paredes Alfaro, quienes regresaron a Comodoro Rivadavia.
Los incidentes se produjeron en la madrugada del 17 de junio en instalaciones de la empresa Intrersat de Piedra Buena, donde en medio de una fuerte pelea entre facciones del gremio de la construcción de distintas localidades aparecieron armas de fuego y se produjeron al menos veinte disparos.
Las facciones de la UOCRA de Comodoro y Neuquén habían llegado a Piedra Buena para asistir a un encuentro regional y se encontraban en el quincho de la empresa, donde habrían ingerido una importante cantidad de bebidas alcohólicas. Minutos después de la batalla campal, efectivos policiales detuvieron a Silva y a sus acompañantes cuando escapaban. Además, la Policía encontró una pistola 9 milímetros y municiones.