Esteban Simonetta, integrante de la Comisión Interna de los Trabajadores de la Línea 60, denunció en Punto de Partida la actitud de los dueños de la empresa MONSA tras la muerte del operario David Ramallo, quien estaba trabajando en la terminal de Barracas.
En comunicación con Radio Gráfica, Simonetta explicó que la situación es tensa porque “las autoridades anunciaron en varios medios televisivos y radiales el inicio de una serie de despidos y sanciones a raíz de la reacción tras la muerte del compañero Ramallo. Hablan de violencia por la rotura de oficinas y los golpes que recibió el jefe de personal, pero no se hacen cargo de la negligencia de la empresa, cuando nosotros veníamos denunciando la falta de seguridad en las condiciones de trabajo de la cabecera de Barracas”.
Luego detalló que dicha cabecera “tiene muy buen aspecto desde afuera, pero carece del espacio adecuado para instalar un taller mecánico y tampoco posee la capacidad necesaria para revisar todos los colectivos que llegan. Denunciamos de entrada esto, y también que un empleado administrativo se hizo pasar por delegado para firmar un preventivo de riesgo. A los pocos días falleció David, y la empresa con un cinismo descomunal insiste en decir que los trabajadores somos violentos”.
Finalmente Simonetta señaló que el “22 de febrero enviaron treinta telegramas que anunciaban el inicio de sumarios y se supone que ahora van a empezar los anuncios de despidos. No sabemos a cuántos pretenden echar, pero si esto se confirma habrá un nuevo conflicto en la Línea 60. Cabe aclarar que en cada reunión durante la Conciliación Obligatoria mientras pedíamos ver todos los documentos acerca de la cabecera y sus condiciones de trabajo, los representantes de la empresa solo hablaban de lo que iba a pasar con los subsidios. Pensaban en reclamar dinero y achicar costos laborales con un trabajador recién fallecido. De esta gente se puede esperar cualquier cosa, incluso que hayan generado esta situación para presionar y pedir más plata”.